Guerra de aranceles:

Ciudad de México, 31 de mayo de 2018.

La respuesta del gobierno mexicano no se hizo esperar y, a través de un comunicado, la Secretaría de Economía (SE) anunció que impondrá medidas equivalentes a diversos productos como aceros planos (lamina caliente y fría, incluidos recubiertos y tubos diversos).

También aplicará a lámparas, piernas y paletas de puerco, embutidos y preparaciones alimenticias, manzanas, uvas, arándanos, diversos quesos, entre otros, “hasta por un monto equiparable al nivel de la afectación”.

La dependencia señaló que esta medida estará vigente hasta en tanto el gobierno estadounidense no elimine los aranceles impuestos y reiteró su postura en contra de medidas proteccionistas que, dijo, afectan y distorsionan el comercio internacional de mercancías.

El acero y el aluminio son insumos que contribuyen a la competitividad de varios sectores estratégicos altamente integrados en América del Norte, como el automotriz, aeroespacial, eléctrico y electrónico, entre otros, precisó la dependencia, que reprobó y lamentó “profundamente” la decisión de los EE.UU.

La SE reiteró su apertura a un diálogo constructivo con ese país y destacó que, en la actualidad, México es su principal comprador de aluminio y el segundo de acero.

En el mes de abril publicamos en D.Noticias un análisis sobre las implicaciones de la aplicación de aranceles por parte de los EE.UU a las importaciones de acero y aluminio, una medida anunciada el pasado 8 de marzo por el presidente Donald Trump y que, en ese momento, exentaba a México y a Canadá, entre otros países.

Sobre la posibilidad de que esta medida se llegara a aplicar al acero y aluminio proveniente de nuestro país, Roberto Benavides, socio especialista en la Industria de Metales en Deloitte México, apuntó:

Existe preocupación para sectores, como el automotriz, en los que hay un envío importante de productos de México, lo que definitivamente representaría una situación muy grave. En el caso del acero, si México reacciona de la misma manera, consideramos que la demanda nacional se podría cubrir con la oferta de los productores nacionales, sin embargo, en los sectores en los que su principal mercado son los Estados Unidos, ciertamente causaría grandes daños a las empresas mexicanas.