Banca frente al COVID-19

Perspectivas

Banca frente al COVID-19

¿En qué priorizar?

Mantener operaciones y apoyar a sus clientes serán acciones importantes con las que la banca puede contribuir durante la contingencia epidemiológica, y, en un futuro, salir beneficiada.

En entrevista con Gustavo Méndez, Socio Líder de la Industria de Servicios Financieros de Deloitte México.

Ciudad de México, 27 de marzo de 2020.

El lunes 15 de septiembre de 2008, se veía un movimiento inusual de personas en el número 745 de la Séptima Avenida, en Nueva York. Se trataba de decenas de empleados sacando sus pertenencias de las oficinas de Lehman Brothers, uno de los bancos de inversión más importantes de Estados Unidos, que, tras 158 años de existencia, ese mismo día, se había declarado en quiebra. 

Dicho acontecimiento, derivado del exceso de hipotecas subprime o basura1, marcaba el inicio de una de las crisis económicas más grandes de la historia moderna, donde quedó claro que diversas instituciones de servicios financieros alrededor del mundo, entre ellas varios bancos, no estaban listas para hacer frente a una situación de ese tipo.

Ahora, casi doce años después de aquel desplome financiero, y en el contexto de la contingencia sanitario-económica que se vive por la pandemia del COVID-19, los reflectores apuntan de nuevo hacia el sector bancario y, en ese sentido, surgen algunas interrogantes: ¿Está preparado para actuar ante una situación de este tipo? ¿Qué es lo que hará?

Bajo nuestra óptica, y aterrizando esta situación a México, podríamos señalar que los bancos del país cuentan con un buen nivel de capitalización y liquidez, lo que les permitirá afrontar la actual contingencia, sin caer en insolvencias.

Desde 2013, a fin de que no se repitan escenarios tan drásticos como los vividos durante la crisis de 2008, principalmente en los Estados Unidos y en Europa, la banca de nuestro país se apegó al marco de regulación internacional Basilea III, lo que le ha permitido fortalecerse para afrontar situaciones complicadas.  

De acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), al cierre de enero de 2020, el Índice de Capitalización (Icap) de la banca múltiple –que mide la fortaleza financiera de una institución para soportar pérdidas no esperadas– se ubicó en 16.18%; es decir, casi 6 puntos porcentuales por arriba del 10.5% que pide como mínimo el marco regulador internacional Basilea III.

Por otra parte, para septiembre de 2019, según el último reporte disponible de la CNBV, todos los bancos superaban el nivel mínimo de liquidez (capacidad de una empresa o entidad bancaria para cumplir con sus obligaciones financieras) que exige la ley. El promedio del Coeficiente de Cobertura de Liquidez que dichas entidades registraron, en conjunto, fue de 194.16%, aun cuando el mínimo obligatorio, para las más importantes del país, es de 100%, mientras que, para otras, es de 60%.

Gracias a estas fortalezas, además de los apoyos anunciados por el Banco de México (Banxico) para dar mayores facilidades de liquidez a los bancos2, estas instituciones tienen la posibilidad de enfocar sus esfuerzos en dos aspectos que, desde nuestro punto de vista, resultarán clave, durante el periodo de contingencia que se vive en el país.

Primero que todo, los bancos deben concentrar su atención en mantener una buena operación y en seguir sirviendo a sus clientes. ¿De qué forma? Principalmente, teniendo disponible, en todo momento, dinero y servicios,
desde cajeros automáticos hasta aplicaciones que faciliten operaciones como
pagos y transferencias vía internet.

En segundo lugar, también es importante que las instituciones bancarias apoyen a sus clientes, sobre todo a las pequeñas y medianas empresas, para superar este periodo difícil. Podrían otorgarles, por ejemplo, facilidades de pagos en sus compras (meses sin interés), nuevas líneas de crédito o prórrogas en los que tengan.

De esa manera, los bancos pueden marcar una gran diferencia y contribuir a que el impacto económico de los siguientes meses no sea tan drástico para sus usuarios y muchas otras personas.

Desde luego, la tarea no va a ser fácil, ya que, pese a sus buenos niveles de capitalización y liquidez, las instituciones bancarias no están exentas de los impactos económicos. Hay que tener en cuenta, por un lado, que la reciente devaluación del peso afecta a los bancos que tienen préstamos y otras operaciones en dólares, ya que, al incrementarse el tipo de cambio, aumenta el valor de los activos, pero no así el valor del capital; es decir, el índice de capitalización se reduce.

Por otra parte, existe el factor de que, a mediano plazo, las personas o empresas pueden verse imposibilitadas a pagar sus créditos, lo que, de alguna u otra manera, afectará los resultados de los bancos.     

Sin embargo, más adelante, una vez superada la contingencia por la cual atravesamos, las medidas señaladas previamente pueden traer beneficios no solo para estas instituciones, sino para todo el sector de servicios financieros; el mayor, sin duda, será haber conocido bien a sus clientes y demostrarles su respaldo en circunstancias adversas.

Cómo actúen los bancos hoy puede ser algo que les ayude a fidelizar a un cliente por el resto de su vida, o bien, que los lleve a perderlo para siempre.

[1] Son conocidas de esta manera porque se trata de créditos hipotecarios que se concedieron, con tasas de interés muy elevadas, a personas de baja solvencia.

[2] Entre las medidas de Banxico están la reducción en el requerimiento del Depósito de Regulación Monetaria, por 50 mil millones; el recorte de la tasa de interés interbancaria de créditos o reportos entre el banco central y las instituciones financieras, de 2.2 a 1.1 veces; y, la garantía de liquidez en dólares mediante la línea swap. 

Es importante que las instituciones bancarias apoyen a sus clientes, sobre todo a las pequeñas y medianas empresas, para superar este periodo difícil.

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