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¿Una ciudad próspera?
Según el Índice de las Ciudades Prósperas, los factores de prosperidad en la capital del país, como la productividad, infraestructura, calidad de vida, y la equidad e inclusión social, registran un estado moderadamente débil, ante lo cual, considera que es necesario fortalecer las políticas urbanas.
Con una superficie de 1,485 kilómetros cuadrados [1] y una población de más de 21 millones de habitantes [2], la Ciudad de México es hoy una de las ciudades más grandes y pobladas del mundo, pero ¿es también una ciudad próspera?
Para saberlo, ONU-Hábitat (el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos) y el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), elaboraron el Índice de las Ciudades Prósperas (ICP), un análisis sobre el estado de prosperidad en la ciudad, sus 16 alcaldías y en otros municipios del país.
Antes de entrar en la materia, y conocer los resultados y la metodología utilizada para definir el nivel de prosperidad en las diferentes zonas de la Ciudad de México, es necesario, en primera instancia, comprender a qué nos referimos cuando hablamos de este concepto.
Según ONU-Hábitat, una ciudad próspera es “aquella en donde los seres humanos realizan aspiraciones, ambiciones y otros aspectos intangibles de su vida; donde encuentran bienestar y condiciones para buscar la felicidad, y donde se incrementan las expectativas de bienestar individual y colectivo”.
Es ese lugar que, como explica el organismo, cuenta con los servicios públicos esenciales para la vida en común y en donde mejor se atienden las necesidades básicas de sus habitantes, quienes pueden acceder a los bienes y servicios que la ciudad ofrece de manera suficiente.
Tomando como base esta definición, ¿en dónde ubicaríamos a la capital del país y a sus diversas alcaldías? El análisis elaborado por ONU-Hábitat y el Infonavit toma en cuenta seis dimensiones para evaluarlas: productividad, desarrollo de infraestructura urbana, calidad de vida, equidad e inclusión social, sostenibilidad ambiental, y gobernanza y legislación.
En productividad, según la explicación del propio organismo, se analiza la contribución de las alcaldías al crecimiento y desarrollo económico de la ciudad; la generación de ingresos, provisión de trabajos decentes e igualdad de oportunidades.
En desarrollo de infraestructura, la capacidad promedio que tiene el municipio y/o la ciudad para proporcionar los servicios de agua limpia, saneamiento, vialidades y conectividad, mientras en calidad de vida se mide la manera en la que se proveen los servicios sociales como salud, educación y seguridad.
En lo que se refiere a la dimensión de equidad e inclusión social, los factores que se evalúan son los logros en la distribución equitativa de los recursos y la reducción de pobreza, así como la protección que se le brinda a los derechos de los grupos minoritarios, entre otros aspectos.
Finalmente, en sostenibilidad ambiental, se estudia la forma en la que se protege el medio ambiente y los recursos naturales, y en gobernanza y legislación urbana, cómo es el nivel de participación ciudadana y rendición de cuentas, así como las condiciones de gobernabilidad.
Con base en el análisis de estas dimensiones, el ICP 2018 otorgó a al Valle de México una calificación general de 55.31 puntos de 100, lo que la ubica en el color amarillo del semáforo de este indicador. Esto significa que los factores de prosperidad (es decir, las seis dimensiones señaladas) presentan un estado moderadamente débil, lo cual hace necesario fortalecer las políticas urbanas.
El estudio tiene seis niveles de evaluación: de 80 a 100, se considera que es una ciudad con factores de prosperidad muy sólidos; de 70 a 79, sólidos; de 60 a 69, moderadamente sólidos; de 50 a 59, moderadamente débiles; de 40 a 49, débiles; y de 10 a 39, muy débiles.
En ese sentido, y en lo que respecta a las alcaldías de la ciudad, las cinco mejor evaluadas en la más reciente edición del ICP fueron Miguel Hidalgo (61.53), Benito Juárez (57.41), Coyoacán (57.10), Álvaro Obregón (56.65) y Azcapotzalco (56.48), mientras que las que obtuvieron las calificaciones más bajas fueron Milpa Alta (49.69), Tláhuac (52.14), Xochimilco (52.25), Iztapalapa (53.23) y Magdalena Contreras (53.39).
Más allá de la radiografía urbana que proporciona, el Índice de Ciudades Prósperas es una herramienta que brinda información confiable sobre los efectos de las políticas públicas y nivel de progreso que registran las regiones analizadas en diferentes áreas de su desarrollo.
En el contexto actual, es información de vital importancia, pues mientras más claro sea el panorama, más fácil será para las autoridades entrantes tomar las decisiones adecuadas y ejecutar los proyectos necesarios para alcanzar el bienestar de la sociedad.
[1] “Sobre nuestra ciudad”, Gobierno de la Ciudad de México.
[2] Revisión 2018 de las Perspectivas de Urbanización Mundial, ONU.
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