Coworking: el nuevo punto de encuentro empresarial

Perspectivas

'Coworking': el nuevo punto de encuentro empresarial

En México, tras dos años de un obligado trabajo remoto debido a la pandemia, muchas compañías aún están decidiendo si apuestan por la presencialidad, para impulsar la transmisión de su cultura organizacional; o por el trabajo remoto, para reducir sus gastos operativos. En este escenario, los espacios de 'coworking' cobran especial relevancia, pues pueden satisfacer varias de las demandas empresariales actuales.

En entrevista con Jorge Yarza, Socio Líder de Construcción, Hotelería y Bienes Raíces en Deloitte Spanish Latin America.

Ciudad de México a 3 de mayo de 2022.

Si observamos desde las alturas cualquiera de nuestras grandes ciudades, podremos encontrar, entre sus miles de cuadras, plazas públicas y sitios turísticos, los grandes edificios que caracterizan a los centros laborales más importantes de nuestro país.

Estos lugares, que solían reunir, todos los días, al talento de la mayoría de las organizaciones con operaciones en México, se vieron fuertemente afectados durante la pandemia, debido a los riesgos que implicaba para los profesionales trasladarse a ellos y permanecer ahí. Entre esos espacios laborales que resultaron impactados, se encuentran los de coworking, una modalidad de renta flexible de oficinas compartidas para aquellas compañías o profesionistas que no tienen la necesidad de un sitio fijo.

En 2019, antes de la pandemia, el coworking había sido uno de los segmentos inmobiliarios de mayor dinamismo en nuestro país, con un crecimiento de 37% anual, según datos de la firma de servicios inmobiliarios comerciales CBRE1. Hacia 2021, esa modalidad de renta de oficinas tuvo un crecimiento de 400% en comparación con el año previo, de acuerdo con la firma WeWork México2; sin embargo, esa cifra no es tan impresionante si se considera que, en 2020, debido a la contingencia sanitaria, muchos de esos espacios perdieron miembros o tuvieron que cerrar.

Para este año y para el que viene, hay quienes esperan una todavía lenta recuperación de este sector inmobiliario3, en vista de que las dinámicas laborales del space office (trabajo remoto desde cualquier negocio con conexión a internet, como restaurantes, hoteles y cafeterías) y del home office (en el que las personas laboran desde sus propios hogares) ganaron mucho terreno durante la pandemia. Pero ahora que, gracias a la vacunación y a la disminución de contagios, la presencialidad en oficinas parece cobrar fuerza nuevamente, ¿qué panorama podemos vislumbrar para las oficinas compartidas?

[1] CBRE, “Radiografía del coworking en México”, septiembre de 2020.

[2] Real State Market & Lifestyle, entrevista con Liliana Méndez, directora de WeWork México, en “WeWork en México crece 400%, ¿cuáles son sus nuevas verticales?”, 14 de septiembre de 2021.

[3] El CEO, entrevista con Paola Tabachnik, directora de Co-Madre; Alejandro Delgado, country manager de Siila; y Liliana Méndez, directora de WeWork México, en “Coworkings se encaminan a la recuperación, pero les tomará al menos dos años tener niveles prepandemia”, 17 de enero de 2022.

Antes de la pandemia, el coworking había sido uno de los segmentos inmobiliarios de mayor dinamismo en nuestro país.

Empresas, entre dos enfoques opuestos

Actualmente, el mundo empresarial se está enfrentando a algo que podríamos denominar “síndrome de hibernación” debido a la contingencia del COVID-19: las personas, acostumbradas a realizar la mayoría de sus actividades de manera remota, o bien, por temor a abandonar su zona de confort, ya no desean salir de sus casas a las oficinas o a cualquier otro lugar.

En el Tablero del Consumidor de Deloitte, podemos observar esta tendencia, ya que menos de la mitad de los(as) mexicanos(as) se siente segura al consumir en un restaurante (47%); al acudir a servicios de consulta “uno a uno” (44%); al quedarse a dormir en un hotel (41%); al abordar un avión (37%); o al asistir a eventos presenciales (33%).

Sin embargo, aunque estas muestras de preocupación han prevalecido en los últimos meses, es muy probable que el home office y el space office empiecen a perder terreno, porque varias empresas están acomodándose a las alternativas físicas de trabajo y regresando gradualmente a las oficinas, principalmente, mediante esquemas laborales híbridos.

¿A qué se debe esto? A que las grandes organizaciones tienen, como principal interés, recuperar la transmisión de su cultura organizacional por medio de la presencialidad. Empresas como Google y Facebook, por ejemplo, han apostado por construir “miniciudades” en sus corporativos, con restaurantes, servicios de transporte, gimnasios, talleres y centros de esparcimiento, con el propósito de transmitir su cultura a los profesionales, logrando un impacto mucho mayor que con la planeación de experiencias remotas llevadas a cabo a través de una computadora.

Además, la presencialidad forma parte del “ADN” de las operaciones de muchas compañías, entre ellas, los bancos, los cuales requieren un centro de trabajo para atender a sus clientes, accionistas, socios e inversionistas, sin dejar de lado que estas personas desearán, en algún momento, sostener reuniones presenciales para hacer negocios (en eventos, juntas, comidas, etcétera). La convivencia humana en las negociaciones sigue siendo fundamental para buena parte de las organizaciones.

En contraste, las modalidades de trabajo remoto (el home office y el space office) son impersonales, y, por lo tanto, dificultan un poco más la transmisión de la imagen y de la cultura de una corporación hacia sus clientes, asociados y talento.

Así que, en estas circunstancias, en las que el entorno laboral está dividido entre lo remoto y lo presencial, ¿qué papel podrían jugar los espacios de coworking en los próximos meses? Quizás, uno que, llevado a cabo de forma inteligente, podría combinar los beneficios de los dos extremos.

El trabajo remoto perderá terreno, porque varias empresas están acomodándose a las alternativas físicas de trabajo y a esquemas laborales híbridos.

Coworking segmentado, el ganador

A corto y a mediano plazos, no será sorpresa que, en México, nos sigamos enfrentando al COVID-19, incluso con nuevas variantes y contagios; no obstante, gracias a las medidas aplicadas, lo más probable es que decrezca su tasa de mortalidad, lo cual ayudaría a elevar la confianza de las compañías y de su talento en el trabajo presencial.

En este contexto, los edificios de coworking, por sus cualidades particulares, podrían ser los espacios laborales más beneficiados de las nuevas tendencias de trabajo. ¿Por qué? Porque pueden ofrecer a las pequeñas y medianas empresas, que son las que más han buscado reducir sus gastos en renta de inmuebles durante la pandemia, el pago de días de trabajo específicos, sin obligarlas a adquirir semanas completas (lo cual representaría para ellas una baja erogación, sin renunciar a la presencialidad).

Además, los espacios de coworking permiten que los profesionistas acudan a trabajar a un sitio más cercano a sus hogares que las oficinas de sus empleadores, reduciendo el tiempo de transporte y la huella de carbono, y disfrutando de ambientes e instalaciones especialmente diseñadas para llevar a cabo sus responsabilidades.

Pero, para alcanzar estos propósitos, existe una condición: las empresas de coworking deberán pensar en un rediseño inteligente de sus espacios, más segmentado, para ofrecer nuevos servicios, así como combinaciones entre salas de trabajo, espacios de reunión y otros complementos, a fin de satisfacer las necesidades de nichos distintos.

Las organizaciones están tomando en cuenta todos estos factores para determinar el futuro de sus centros de trabajo y, si los espacios de coworking deciden brindar productos y servicios segmentados, tendrán, en este contexto, mayores posibilidades de combinar y aprovechar dos enfoques que parecen opuestos en un negocio: mayor transmisión de la cultura organizacional, a la distancia, y reducción eficiente de costos cuando se trabaje de manera presencial.

Lo anterior, sin duda, ayudaría a convertir a las oficinas compartidas en un nuevo punto de encuentro para los intereses empresariales en nuestro país, en el contexto de la nueva realidad laboral que estamos a punto de presenciar.

Como una reflexión final, las empresas que ofrecen servicios de coworking tendrán el reto de definir esquemas más enfocados, atendiendo a segmentos de usuarios y de mercado, y buscando una flexibilidad en el uso de los tiempos y espacios de sus instalaciones. Sin duda, una gran oportunidad.

Las empresas que ofrecen servicios de coworking tendrán el reto de definir esquemas más enfocados, buscando una flexibilidad en el uso de los tiempos y espacios de sus instalaciones.

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