El futuro de las transacciones en México

Perspectivas

El futuro de las transacciones en México no acepta efectivo

Reducir el uso de efectivo es uno de los objetivos que la actual administración se ha impuesto; en realidad, se trata de un cambio positivo, que implica impulsar la adopción de herramientas tecnológicas (CoDi) y que beneficiará tanto a consumidores como a comerciantes.

En entrevista con Gustavo Méndez, Socio Líder de la Industria de Servicios Financieros en Deloitte México.

Ciudad de México, 12 de junio de 2019.

“Solo efectivo” es una condicional a la que muchos mexicanos se enfrentan al momento de querer comprar o pagar un servicio. Para algunos, resulta una situación frustrante, pero, para la mayoría la población, constituye el método más utilizado para realizar transacciones.

De acuerdo con el Banco de México (Banxico)1, en la actualidad, 90% de los habitantes del país utiliza dinero en efectivo para hacer operaciones de pago o adquirir algún producto; pese a la popularidad de esta forma de pago, el gobierno actual, en conjunto con el sector bancario nacional, se ha fijado como meta la reducción de esta práctica.

¿Cómo piensan hacerlo? Principalmente, a través del uso del Cobro Digital (CoDi), una plataforma desarrolla da por Banxico, que permitirá la realización de operaciones de compra-venta de bienes o pagos de servicios en segundos y de manera segura, por medio de un teléfono inteligente o smartphone y a través de la banca móvil.

Pero, ¿por qué impulsar el uso de estas nuevas herramientas tecnológicas y dejar a un lado el efectivo? En primer lugar, porque se trata de un beneficio grande tanto para el consumidor como para los comerciantes, instituciones bancarias e incluso para la misma autoridad.

Desde la economía formal, utilizar el CoDi permitirá convertir al sistema en uno más eficiente. ¿De qué manera? Reduciendo los tiempos, procesos y traslados que las corporaciones solían destinar al conteo, recolección y resguardo de efectivo.

Y es que, actualmente, la mayoría de las grandes empresas que distribuyen sus productos a miles de tiendas alrededor del país se ven obligadas a recolectar el dinero de sus ventas en centros de distribución específicos; posterior a ello, deben resguardar estos recursos, con el apoyo de compañía de valores, y, después, depositarlos en sus cuentas bancarias.

Con la utilización del CoDi, se reducen los tiempos y costos de este proceso, generando así un beneficio importante para estas corporaciones, pues los depósitos se hacen de manera automática.

De igual forma, se facilitan los cobros que los comercios realizan a los consumidores, pues lo único que necesitarán, tanto vendedores como compradores, será un dispositivo móvil e internet. Como lo explica el propio Banxico, generalmente, la operación la inicia el vendedor, a través de un mensaje de cobro (representado por un código QR o mensaje NFC –comunicación de campo cercano–), que el comprador recibe y acepta.

Una vez que lo acepta, se realiza la transferencia electrónica al vendedor y, al completarse, se notifica tanto a éste como al comprador. La plataforma funciona en un esquema 24x7 y no cobra comisiones, lo que representa un beneficio práctico y económico para ambos.

Además, reduce el número de robos, evita que la gente tenga la necesidad de cargar con efectivo para realizar compras y pagos e impulsa la bancarización. Así, podemos concluir que disminuir el uso de efectivo y promover la utilización de herramientas como el CoDi es un objetivo positivo, que, a final de cuentas, representa un ganar-ganar para todos.

Los desafíos principales

La conversión del uso de efectivo hacia plataformas digitales de cobro plantea diversos retos a nivel país; desde nuestra perspectiva, principalmente, consideramos que son dos las más relevantes: el temor a la fiscalización y la falta de confianza de la población hacia estas nuevas tecnologías.

Respecto al primer punto, es importante que quienes forman parte del comercio informal sepan que el propósito de esta iniciativa no es fiscalizarlos, sino mostrarles, en cierta forma, los beneficios del mercado formal y las facilidades que ofrece.

Sobre la falta de confianza, será fundamental la manera en la que la administración actual y las entidades financieras transmitan a los usuarios la certeza de que las operaciones que se llevan a cabo a través de esta plataforma son seguras y no implican ningún tipo de riesgo para su patrimonio.

Otra cuestión que ha sido puesta sobre la mesa, y que podría impactar la adopción de nuevas herramientas de cobro, es la penetración del internet y el uso de los smartphones entre la población del país.

Si bien es cierto que la conectividad y acceso a estos aparatos electrónicos es bajo o nulo en muchas regiones del país, lo cierto es que su alcance y cobertura abarca ya a la mayoría de la población (según las más recientes cifras del INEGI, 65.8% de los habitantes del país tiene acceso a internet, mientras que 69.6 millones de personas disponen de un smartphone2).

Por esta razón, consideramos que no es una limitante fuerte, ya que lograr disminuir el uso de efectivo incluso solo en este porcentaje de la población constituiría ya un logro significativo.

Los retos están definidos. Superarlos dependerá, ahora, de la estrategia que sigan las autoridades y las instituciones bancarias para impulsar la adopción del CoDi, convertirla en una herramienta de uso común y promover el paulatino abandono del uso del efectivo entre la población.

[2] Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2018.

Disminuir el uso de efectivo y promover la utilización de herramientas como el CoDi es un objetivo positivo, que, a final de cuentas, representa un ganar-ganar para todos.

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