Exportaciones automotrices

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Exportaciones automotrices

¿Existe algún riesgo en el camino?

Algunos factores externos pueden poner en riesgo el crecimiento que en el último año ha tenido la exportación de vehículos ensamblados en México a otros países, una actividad que ha sacado a flote a este sector productivo.

En entrevista con Juan Pizano, Socio de Comercio Exterior y Aduanas en Deloitte México.

Ciudad de México, 12 de septiembre de 2019.

El sector automotriz nacional vive un escenario contrastante: mientras en julio pasado, las ventas de vehículos cayeron 7.9% respecto al mismo mes de 2018, de acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), en el mismo periodo, las exportaciones subieron 9.51%, según datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).

Los números reflejan que las exportaciones, al menos durante lo que va del año y aun sin considerar el descalabro ocurrido en agosto, han logrado sacar a flote a la industria automotriz y evitar una posible contracción, en una de las actividades económicas más importantes del país.

Muchos analistas señalan que ésta será la tendencia durante los próximos meses y, ante estos pronósticos, se vuelve un ejercicio crucial analizar si existe algún riesgo de que el sector automotriz dependa, en su mayoría, de las exportaciones, y cómo una disminución en este rubro pudiera encender las alarmas de la industria.

Bajo nuestra óptica, esta situación no es, por el momento, preocupante; sin embargo, en el panorama futuro, existen diversos escenarios que podrían suscitarse e impactar de manera negativa a las exportaciones automotrices del país y, entonces sí, afectar el desarrollo de la industria nacional:

  • Posible crisis económica en los EE.UU.
    Al ser el principal destino de las exportaciones automotrices mexicanas, y uno de los mercados de venta de autos más grandes del mundo, una crisis en el país vecino del norte podría reducir drásticamente la demanda tanto de fabricantes como de consumidores de vehículos o autopartes hechas en México, lo que reduciría la producción nacional y, por ende, los envíos hacia territorio norteamericano.
  • Desaceleración en China
    China es uno de los países con mayor capacidad productiva automotriz –con alrededor de 28 millones de vehículos al año–, cuya mayoría se destina al mercado interno.

    No obstante, en caso de que llegara a presentarse una recesión del gigante asiático, las ventas internas caerían y los fabricantes de ese país buscarían colocar sus productos en otros mercados, reduciendo así la competitividad del mercado automotriz mexicano, que se vería rebasado en costos y volumen.

Estas situaciones sin duda afectarían a la industria automotriz nacional, la cual, ante la complejidad del contexto, se vería en la necesidad de replantear su estrategia comercial e impulsar, de manera casi obligatoria, su mercado interno.

Los números reflejan que las exportaciones han logrado sacar a flote a la industria automotriz y evitar una posible contracción, en una de las actividades económicas más importantes del país.

Las razones detrás del contraste

El incremento de exportaciones se debe, principalmente, al ingreso de nuevas plantas de fabricantes a territorio nacional; plantas alemanas que, desde hace dos años, se estaban construyendo en México, las cuales comenzaron operaciones en los últimos meses y eso ha favorecido al buen desempeño de los envíos hacia el exterior.

Pero este incremento no quiere decir que estas fábricas ya estén operando con toda su capacidad; de hecho, uno de los principales desafíos que tendrá la industria automotriz establecida en el país es detonar su máximo potencial, pues su nivel de producción, comparado con la capacidad instalada, que es de hasta cuatro millones de vehículos producidos al año, aún es baja.

Por otro lado, la caída en las ventas dentro del mercado interno tiene su explicación en la coyuntura e incertidumbre actual –lo que provoca el aplazamiento de las decisiones de compra de bienes duraderos, como los automóviles–, y, además, en el alza registrada, hasta agosto, en las tasas de interés y la consecuente reducción créditos automotrices, ya que éstos son la forma más utilizada por los consumidores para adquirir vehículos.

Sin embargo, la reducción de la tasa de interés de referencia por parte de Banxico, el pasado 15 de agosto, podría cambiar esta situación e impulsar el dinamismo del mercado interno automotriz, reduciendo los costos del crédito y fomentando el consumo.

¿Cómo pinta el panorama futuro?

Además de la relajación monetaria que se está presentando a nivel mundial, mediante la reducción de las tasas de interés –como la hecha por la Reserva Federal de los Estados Unidos, en julio pasado–, otra buena noticia para la industria automotriz mexicana es la disminución del precio del petróleo y de la gasolina, en el país vecino del norte.

Lo anterior ha favorecido la reactivación de la venta de vehículos en ese mercado, que es el que más interesa a los fabricantes de autos nacionales, pues hacia él se destina la mayor parte de las exportaciones nacionales (16% de autos que se venden en la Unión Americana es de manufactura mexicana).

Esta condición provocará, al menos durante los próximos meses, que el sector exportador automotriz nacional siga creciendo y consolidándose por encima de otros bienes producidos en México y enviados al mercado estadounidense.

De acuerdo con el Inegi, entre enero y agosto de 2018, 31 de cada 100 dólares exportados al extranjero provino de mercancías automotrices, generando ganancias de casi 92 mil millones de dólares y contribuyendo con 20% del total de Producto Interno Bruto (PIB) de las industrias manufactureras.

Nuestra perspectiva en Deloitte apunta a que esa buena racha del sector automotriz se mantendrá en el mediano y largo plazos, motivada principalmente por la producción de autopartes. México, recordemos, se caracteriza por exportar una gran cantidad de componentes para ensamblado de vehículos, con ganancias incluso superiores a la comercialización de autos ya armados.

Por esta razón, y por todo el potencial que aún tiene por delante el sector automotriz, será importante aprovechar las ventajas con las que cuenta, pero también conocer los riesgos que pueden presentarse en el camino. Éste sigue siendo un buen momento para que esa industria mantenga el pie en el acelerador.

Esa buena racha del sector automotriz se mantendrá en el mediano y largo plazos, motivada principalmente por la producción de autopartes.

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