Las Big Techs ¿aliadas o una amenaza para los servicios financieros en México?

Perspectivas

Las Big Tech

¿Aliadas o una amenaza para los servicios financieros en México?

Aunque los bancos y las empresas de TI más grandes del mundo han logrado ofrecer actualmente, mediante alianzas, herramientas de pago atractivas en nuestro país, será aconsejable que las instituciones financieras sigan apostando por la digitalización y el mejoramiento de sus servicios, a fin de prevalecer en el mercado.

En entrevista con Gustavo Méndez, Socio Líder de la Industria de Servicios Financieros en Deloitte Spanish Latin America.

Ciudad de México, 26 de marzo de 2021.

Hasta hace unos años, pagar en tiendas o aplicaciones utilizando, únicamente, un smartphone o smartwatch, sin la necesidad de recurrir al efectivo o a una tarjeta de crédito física, parecía impensable; pero hoy, este escenario es una realidad.

A finales de febrero pasado, una de las empresas de TI más importantes del mundo lanzó en México su sistema de pago móvil, en alianza con importantes instituciones bancarias a nivel nacional, ofreciendo “compras seguras y sin contacto en tiendas y apps”, así como un servicio “más cómodo”.

Con la llegada de este gigante tecnológico, surge la interrogante: ¿por qué las Big Tech están comenzando a apostar por el mercado de servicios financieros mexicano y cuáles serán las implicaciones de su incursión?

Una de las principales razones es que, de acuerdo con datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), nuestro país es una de las mayores economías del mundo —ocupó la 16° posición en 2020—; cuenta con más de 128 millones de habitantes y 35 millones de hogares, que sin duda representan numerosos clientes potenciales para ellas; y, además, está cerca de la economía más grande del mundo –la estadounidense–, cuya progresiva reactivación sin duda impulsará a diversos sectores comerciales de nuestra nación.

Respecto a las implicaciones, muchos se preguntan también si las Big Tech podrían llegar a representar una amenaza para la banca mexicana. Lo cierto es que, al menos por ahora, este no es el caso; el camino que han emprendido estos gigantes tecnológicos los ha llevado a fungir como una especie de aliados para las instituciones financieras, pero ¿qué beneficios y desafíos puede traer esta relación?

La alianza de las Big Tech y la banca representa, hoy, un beneficio para ambas y para los usuarios mexicanos, quienes disfrutan de medios de pago digitales, confiables y fáciles de utilizar.

Las claves de la alianza: la regulación y los nuevos clientes

Ofrecer servicios financieros en México exige el cumplimiento de una determinada regulación. Por esta razón, los bancos cuentan con una infraestructura regulada y supervisada por la autoridad, lo cual implica que inviertan grandes esfuerzos y recursos.

En ese sentido, al ingresar al mercado de servicios financieros mexicano, pero mediante una alianza con instituciones bancarias, las Big Tech resultan beneficiadas, porque utilizan la infraestructura de la banca para operar, sin tener la obligación de inmiscuirse en un proceso regulatorio que puede tardar varios meses o incluso más de un año.

Además, estas empresas tecnológicas no son las únicas que obtienen un valor agregado de esta alianza; al operar de la mano de estas compañías, la banca tiene la oportunidad de ofrecer a sus clientes la opción de utilizar un mejor medio de pago digital y atraer a nuevos consumidores que estén interesados en cambiar de banco para disfrutar de un servicio novedoso.

Estas son algunas de las razones que explican el ganar-ganar de la alianza entre ambas organizaciones; no obstante, ¿qué pasaría si, en un algún momento, las grandes empresas de TI deciden entrar, de manera independiente, al mercado financiero mexicano?, ¿podrían existir nuevos desafíos para la banca?

Cualquier organización que ofrezca productos financieros atractivos a los consumidores, con mejores precios y atención, logrará posicionarse con una ventaja en el mercado.

Innovación y responsabilidad: los mayores retos

Si este escenario llegara a concretarse, uno de los primeros desafíos que se tendría sería el de ofrecer claridad a los usuarios que decidan optar por los nuevos medios de pago, brindándoles certeza respecto a si son clientes de la tecnológica o del banco, es decir, cuál de las dos compañías es responsable de los servicios que contratan.

Por su parte, los bancos estarían enfrentando a nuevos competidores y se podría modificar el establishment de la industria, sin embargo, esta es una característica natural de nuestro libre mercado, y cualquier organización que ofrezca productos atractivos a los consumidores, con mejores precios y atención (ya sea un nuevo banco, una fintech o las Big Tech), logrará posicionarse con una ventaja.

En este sentido, si la banca mexicana desea prevalecer, será recomendable que considere la lealtad de sus clientes como lo más valioso que posee, brindando la mejor experiencia en todo momento (desde, por ejemplo, el momento de contratar una cuenta de depósito, adquirir una tarjeta de crédito, buscar financiamiento para una casa, asegurar el patrimonio o abrir un portafolio de inversión), y manteniéndolos contentos, satisfechos e incluso asombrados.

De igual forma, para mantener y buscar atraer a nuevos clientes, actualmente y en el futuro, será fundamental actuar en sintonía con las nuevas exigencias y demandas ambientales y de sostenibilidad de la población.

Finalmente, los bancos tendrán que desarrollar y adoptar herramientas que les permitan transformarse hacia la digitalización, porque los consumidores han cambiado y están mostrando una mayor preferencia por aquellas compañías que ofrecen una verdadera experiencia virtual de calidad.

La alianza entre las Big Tech y la banca representa, hoy, un beneficio para ambas y, sobre todo, para los usuarios mexicanos, quienes pueden encontrar en estos servicios medios de pago digitales que son confiables y fáciles de utilizar. No obstante, es primordial que las instituciones financieras del país no dilaten la digitalización de sus productos y servicios, a fin de seguir siendo competitivas, mientras estos gigantes tecnológicos deciden o no incursionar de manera independiente en el sector.

Para atraer a nuevos clientes, será fundamental actuar en sintonía con las nuevas exigencias y demandas ambientales y de sostenibilidad de la población.

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