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Perspectivas
Libra, el primer gran paso financiero de las Big Tech
La moneda digital de Facebook representa la irrupción oficial de un gigante tecnológico en el sector financiero; su uso promovería la inclusión financiera, pero también puede conllevar a riesgos importantes.
En entrevista con Gustavo Méndez, Socio Líder de la Industria de Servicios Financieros en Deloitte México, y Carlos Orta, Socio Líder Funcional de Riesgo Regulatorio en Deloitte en México.
Ciudad de México, 1 de julio de 2019.
Mover dinero alrededor del mundo debería ser tan fácil y barato, e incluso más seguro, que enviar un mensaje de texto o compartir una foto, sin importar el lugar donde vives, a qué te dedicas y cuánto ganas. Bajo esta premisa, Facebook anunció, el pasado 18 de junio, el lanzamiento de Libra, su propia moneda digital.
Como señala su sitio oficial, Libra es una sencilla moneda global y una infraestructura financiera, que servirán para empoderar a miles de millones de personas. Desde nuestra perspectiva, se trata del primer gran paso que da una Big Tech –o gran compañía tecnológica– para irrumpir en el mercado financiero.
Pero, ¿qué esperar de esta criptomoneda?, ¿cómo y cuándo comenzará a funcionar? y ¿qué retos plantea? Para conocer estos detalles, Facebook emitió el libro blanco de Libra (Libra White Paper), en el que señala qué busca lograr con este activo virtual; la principal intención, precisa, es facilitar la vida de las personas entre fronteras y países.
El documento destaca tres características que permitirán a Libra crear un sistema financiero más inclusivo:
- Está construida sobre una blockchain segura, escalable y confiable.
- Está respaldada por una reserva de activos diseñada para darle un valor intrínseco –esto, bajo nuestra óptica, permitirá reducir su volatilidad y darle una mayor estabilidad–.
- Funcionará bajo la vigilancia y supervisión de la Libra Association, organización independiente que se encargará del desarrollo y evolución de este activo digital –por ahora, la asociación está conformada por casi 30 empresas miembro, como Visa, Mastercard, PayPal, Uber y Spotify, pero se espera que este número incremente a 100, a mediados del próximo año–.
El objetivo es convertir a esta criptomoneda en un medio de pago fácil de utilizar y con el potencial para convertirse en una herramienta fundamental para la realización de diferentes transacciones, como el envío y recepción de remesas, que, según comentan, podría hacerse desde el teléfono celular, con la misma facilidad con la que se envía un mensaje de texto.
De manera general, consideramos que el lanzamiento de Libra, programado para la primera mitad de 2020, es una noticia positiva en términos de inclusión financiera, pues permitirá llevar este tipo de servicios a todo tipo de comunidades –incluso las remotas, que muchas veces no pueden costearlos–, haciéndolos más accesibles.
Por otro lado, representa una oportunidad de aprovechar al máximo las nuevas tecnologías existentes y emergentes, que son el resultado del punto de inflexión que nos está tocando vivir. En conclusión, puede que Libra sea solo el inicio de una serie de cambios que el sector financiero tendrá y que se harán más presentes en los próximos años.
Libra es una sencilla moneda global y una infraestructura financiera, que servirán para empoderar a miles de millones de personas. Desde nuestra perspectiva, se trata del primer gran paso que da una Big Tech –o gran compañía tecnológica– para irrumpir en el mercado financiero.
Los principales riesgos y desafíos
A pesar de los beneficios que puede provocar, el lanzamiento y uso de Libra contempla, también, diversos riesgos y desafíos que son importantes de destacar y sobre los cuales Facebook tendrá que trabajar.
En ese sentido, uno de los temas más delicados y preocupantes que han sido puestos sobre la mesa es la protección y la utilización que se la dará a los datos personales de quienes utilicen este activo digital.
De hecho, el mismo Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) apuntó, recientemente, que el acceso de las Big Tech a los datos procedentes de sus actuales plataformas es uno de los riesgos más importantes que plantea la irrupción de este tipo de empresas a los servicios financieros, pues puede fomentar la creación de monopolios digitales y disminuir el nivel de competencia.
Al respecto, Facebook anunció la creación de Calibra, una empresa subsidiaria regulada, que se encargará de asegurar la separación entre la información y los datos de sus usuarios y de quienes utilicen Libra. Si bien se trata de una iniciativa positiva, habrá que ver la manera en la que se desarrolla.
Pero, además de la información, existe otro tema relevante y complementario al que la empresa de Mark Zuckerberg deberá prestar atención y que representa uno de los mayores desafíos que tiene por delante: la regulación.
Sobre este tema, lo primero será esperar al pronunciamiento que hagan las autoridades de los Estados Unidos sobre la permisibilidad de Libra, es decir, que anuncien en dónde podrá operar, cómo lo hará y cuáles son las medidas de protección de datos con las que tendrá que cumplir, entre otras cuestiones.
Posteriormente, Facebook tendrá que hacer un trabajo muy fuerte con los reguladores de todo el mundo, con el propósito de que este activo virtual realmente pueda funcionar como una moneda global, un camino que sin duda se percibe complicado.
En México, por ejemplo, el anuncio de Libra no cambia el panorama regulatorio establecido por el Banco de México (Banxico) que precisa que, por ahora, las instituciones financieras no pueden realizar transacciones de activos virtuales con sus usuarios. Así, al día de hoy, ni las entidades de tecnología financiera ni las instituciones de crédito podrían operar esta criptomoneda con el público.
Los desafíos para Libra son diversos; superarlos dependerá totalmente de la estrategia que utilice Facebook y que aún no ha sido detallada en su totalidad.
Pese a todo, este activo virtual se ha convertido, indudablemente, en un elemento disruptivo que marca el inicio del camino que las Big Tech están construyendo para incursionar en el mercado financiero.
En México, por ejemplo, el anuncio de Libra no cambia el panorama regulatorio establecido por el Banco de México que precisa que las instituciones financieras no pueden realizar transacciones de activos virtuales con sus usuarios.