La movilidad avanza hacia un destino ‘verde’

Perspectivas

La movilidad avanza hacia un destino ‘verde’

Los esfuerzos para reducir la contaminación han conducido a una etapa de transformación de la industria automotriz. El principal reto que se tiene por delante es adaptarse y coordinar esfuerzos para el desarrollo de modelos de movilidad más amigables con el medio ambiente, como son los autos eléctricos.

En entrevista con Manuel Nieblas, Socio Líder de la Industria de Manufactura en Deloitte México.

Ciudad de México, 25 de febrero de 2020.

“Los autos de diésel y petróleo deben quedar en el pasado. El futuro es verde”. Esas fueron las palabras del ex primer ministro de Dinamarca, Lars Løkke Rasmussen, en 2018, cuando anunció que su país prohibiría por completo la venta y circulación de ese tipo de vehículos para 2030.

En ese momento, ya se tenía muy claro, sobre todo en algunos países de Europa y en China, la importancia de la movilidad sustentable. Antes que Dinamarca, países como Francia, Noruega, Eslovenia y Holanda habían anunciado que sacarían del mercado los autos que funcionan con energías fósiles, y, aunque no sería un cambio fácil, el objetivo estaba definido: reducir los niveles de contaminación que hay en el planeta.

Actualmente, la industria automotriz genera, a nivel global, alrededor de 9% de las emisiones de efecto invernadero, de acuerdo con el reporte Crashing the climate: how the car industry is driving the climate crisis, publicado por Greenpeace en 2019.

Por esta razón, y a fin de ser más amigables con el medio ambiente, muchos países han decidido migrar hacia el uso de vehículos eléctricos o híbridos, según las características de sus mercados. En México, por ejemplo, los autos híbridos son los más buscados y los más eficientes, ya que hasta la fecha no se cuenta con una infraestructura lo suficientemente amplia y adecuada para los autos eléctricos.

Pero, ¿cuándo estará completamente listo nuestro país para reemplazar la matrícula vehicular que funciona a base de combustibles fósiles, por autos de energías renovables? En Deloitte creemos que todavía estamos lejos de dar el salto hacia una industria automotriz completamente eléctrica o híbrida, debido, principalmente, a los altos costos que implica la renovación vehicular y la sustitución de toda la flota actual.  

En 2018, circulaban en nuestro país 47 millones 790 mil unidades1, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Si bien es cierto que, en años recientes, las ventas de los autos de gasolina han caído –hasta 7.6% en 2019 (la mayor baja en 10 años)–, al mismo tiempo que han subido las ventas de vehículos eléctricos e híbridos, éstos últimos apenas representan 1.66% del total de vehículos que circulan en territorio nacional, de acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).

Por otra parte, se debe tener presente que las ventas de los vehículos de gasolina no han bajado en la misma proporción que han subido las de los eléctricos o híbridos. Es decir, aunque sí se han vendido cada vez más este último tipo de unidades, no han sustituido de forma equivalente a las ventas de vehículos de gasolina que se han dejado de tener.  

En términos generales, la industria automotriz eléctrica de nuestro país se encuentra todavía en una etapa inicial, lejana a las tendencias de otros países más desarrollados alrededor del mundo, pero requiere un reajuste lo antes posible, si es que quiere mantener sus niveles de competitividad frente a otros países.  

1. Últimas cifras revisadas del Inegi. Los datos que tiene el Instituto, correspondientes a 2019, son preliminares y no incluyen a las motocicletas. 

A fin de ser más amigables con el medio ambiente, muchos países han decidido
migrar hacia el uso de vehículos eléctricos o híbridos.

El reto para la industria nacional

Ante la inminente sustitución de automóviles que usan combustibles fósiles, por automóviles eléctricos, la industria automotriz en México enfrenta un reto primordial. ¿Cuál es? Que el sector fabricante de componentes para vehículos de gasolina migre hacia la producción de componentes para vehículos híbridos y eléctricos.

Para ello, la industria automotriz se tiene que preparar y destinar mucha inversión al desarrollo e investigación tecnológica. Al mismo tiempo, será importante reorientar los modelos educativos en las universidades del país, con el objetivo de preparar mejor a las próximas generaciones de ingenieros que se integrarán a la industria, dándoles más y mejores herramientas que les permitan incrementar sus habilidades para la fabricación de componentes eléctricos.

Como vemos, la conversión hacia una industria automotriz eléctrica no es tan sencilla, sin embargo, es un reto que debe asumirse en nuestro país. Lo importante será ver qué tan rápido y eficientemente nos adaptamos a las nuevas tendencias de movilidad a nivel mundial.

Hasta el momento, no contamos con una estrategia nacional para avanzar en el tema de movilidad eléctrica. Lo que existen son planes regionales que han sabido conjugar la participación gubernamental con la academia y la industria, pero un buen paso para nuestro país sería avanzar en ese mismo sentido; es decir, en la consolidación de un nuevo modelo de industria, que, al mismo tiempo que integre esfuerzos de diferentes sectores, ayude a incrementar habilidades mediante conceptos nuevos, como Industria 4.0, sensorización y robotización.

Mientras más nos tardemos en este proceso de adopción, más altos serán los riesgos a los que se exponga la industria automotriz en México. Anticiparse a los escenarios del futuro, planear y coordinar esfuerzos serán tareas fundamentales para no rezagarse en el camino de sustentabilidad que exigen los nuevos tiempos.

No hay duda, el destino de la movilidad tiene un solo color: el del medio ambiente. 

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