Política industrial

Perspectivas

Política industrial, la gran ausente en el PND

El Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 carece de una estrategia innovadora para impulsar la industria nacional; sin ella, será complicado alcanzar las metas económicas que se propone la actual administración.

En entrevista con Daniel Zaga Szenker, Director de Análisis Económico en Deloitte México-D.Econosignal.

Ciudad de México, 17 de mayo de 2019.

El gobierno federal publicó, el pasado 30 de abril, el Plan Nacional de Desarrollo (PND) para el periodo 2019-2024. En este documento, según establece la Ley de Planeación de nuestro país, se deben definir “los objetivos nacionales, estrategias y prioridades del desarrollo integral y sustentable” de la nación.

El PND 2019-2024 tiene tres ejes transversales y tres ejes generales. En el eje general titulado “Desarrollo Económico” se determinan las prioridades económicas para la actual administración, para las cuales se plantea “incrementar la productividad y promover un uso eficiente y responsable de los recursos”.

Para lograr este objetivo, el gobierno federal apuesta por impulsar el desarrollo incluyente del sistema financiero, incentivar la creación de empleos formales, promover la innovación, estimular la competencia en los mercados, la integración en las cadenas de valor y la estabilidad macroeconómica.

Analizando la información dada a conocer, podemos concluir que este macroobjetivo económico, y todo lo que se desprende de él, no es muy diferente a lo propuesto por los gobiernos anteriores. De hecho, todos estos temas se encuentran en el eje “México Próspero” del PND 2013-2018.

Pero ésta no es la única similitud entre ambos documentos. Otro de los aspectos que tienen en común es la ausencia de uno de los aspectos más importantes para el crecimiento de nuestra economía: la política industrial.

Ésta se define como el conjunto de acciones para promover el desarrollo de las actividades productivas del país, mismas que deberían estar orientadas a los sectores económicos que eventualmente producirían un efecto favorable en la economía, en términos de empleo, productividad y valor agregado.

¿Por qué es importante que México tenga una política industrial activa y focalizada? Porque es uno de los caminos más directos para alcanzar las metas económicas planteadas por la nueva administración, de lograr una tasa de crecimiento de 4% anual y de hasta 6% al final del sexenio.

Como muestra de ello, basta analizar lo sucedido en países como China o Corea del Sur, donde establecer una política industrial les permitió enfocar sus acciones hacia sectores que en el largo plazo se convirtieron en la base de su economía y los posicionó como potencias a nivel mundial.

Pero esto no es un tema nuevo para México. De hecho, el sector emblema de nuestro país, el automotriz, ha sido ampliamente beneficiado por este tipo de políticas desde 1955, cuando se publicó la Ley de Fomento de Industrias Nuevas y Necesarias, que le otorgaron al mismo distintas facilidades para promoverlo de forma activa y específica.

El resultado de estas acciones es evidente: México figura, hoy, como el cuarto exportador de coches más grande del mundo y el sexto mayor productor, mientras que, a nivel local, el sector automotriz (incluyendo autopartes) tiene un papel fundamental, contribuyendo con casi 20% de la producción manufacturera nacional y generando alrededor de 83 mil millones de dólares netos en divisas.

En ese sentido, la propuesta reside en replicar la experiencia de la política industrial aplicada en el sector automotriz hacia otras actividades económicas. Pero, específicamente, ¿en cuáles?

Desde nuestra perspectiva, los esfuerzos deben dirigirse hacia la fabricación de máquinas, motores de combustión, turbinas, computadoras y equipos de distinta naturaleza (comunicación, audio, video, médico y aeroespacial), procesos altamente complejos, asociados con elevados niveles de productividad.

El objetivo es incrementar el porcentaje de contenido nacional en esos productos y que México no limite su participación solo al ensamblaje.

De igual forma, será importante estimular el aumento en la inversión y en la productividad de la economía. Actualmente, la inversión representa menos de 21% del PIB, mientras que en Corea del Sur y China supera el 30% y el 40%, respectivamente. En ese sentido, la propuesta establecida en el PND, de obtener una tasa de inversión de 25%, resulta claramente insuficiente.

Respecto a la productividad, el PND plantea un incremento en este indicador de 1.4%, sin embargo, por lo que hasta ahora hemos observado, no parece que las políticas públicas de la actual administración puedan revertir el desempeño que esta variable ha registrado en las últimas décadas (de 1991 a 2017, cayó 0.35%).

La conclusión es clara: se necesita un cambio de enfoque en el que la prioridad sea impulsar, de manera innovadora, la inversión y la productividad, a través de una política industrial activa y orientada hacia una reestructuración de la industria nacional con mayores capacidades tecnológicas. Solo así, las metas económicas del Plan Nacional de Desarrollo serán alcanzables.

¿Por qué es importante que México tenga una política industrial activa y focalizada? Porque es uno de los caminos más directos para alcanzar las metas económicas planteadas por la nueva administración, de lograr una tasa de crecimiento de 4% anual y de hasta 6% al final del sexenio.

¿Te resultó útil este contenido?