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Perspectivas
Inversión mexicana en el exterior
¿Por qué ha crecido y cómo recuperarla?
Los efectos económicos de la pandemia, así como el alto nivel de incertidumbre que se vive, son algunos de los factores que, en los últimos meses, ocasionaron que muchas empresas nacionales invirtieran en el extranjero.
En entrevista con Gustavo Méndez, Socio Líder de Servicios Financieros en Deloitte Spanish Latin America, y Daniel Zaga, Director de Análisis Económico en Deloitte México.
Ciudad de México, 2 de octubre de 2020.
La Inversión Extranjera Directa (IED) de México hacia el exterior, ese capital que se invierte en la economía real de otros países, con un horizonte de largo plazo, registró, en el segundo trimestre de este año, un crecimiento anual de hasta 315%.
Según información del Banco de México (Banxico), el flujo de IED, desde nuestro país hacia otras naciones, fue de 5 mil 29 millones de dólares, entre abril y junio pasados, mientras que, en los mismos meses de 2019, fue de alrededor de mil 209 millones de dólares. Pero este crecimiento, sin duda relevante, no significa que, durante este periodo, no haya entrado nueva inversión hacia nuestro país: según la misma fuente, en ese lapso, la IED hacia México registró un incremento anual de 2.6%.
Entonces, ¿qué sugiere esta salida de inversión? ¿Podríamos hablar de una fuga de capitales? En realidad, no; lo que estamos observando es que las empresas aún están apostando por México, pero también están apuntando a los países que les ofrezcan mejores oportunidades para que su dinero genere mayores rendimientos en el futuro.
¿Qué factores las han motivado a llevar su capital a otras naciones? En primer lugar, el tema de la pandemia y las afectaciones económicas que derivaron de ella en nuestro país, como la pérdida de empleos y los bajos niveles de consumo.
Otro tema que, desde hace varios años, ha convertido a México en un destino de inversión menos atractivo (tanto para compañías que buscan establecerse en territorio nacional, como para aquellas que ya están aquí y quieren expandir sus inversiones) ha sido el clima de incertidumbre para el sector privado, así como temas de inseguridad pública.
Un último factor, que pudo incidir, pero no de manera relevante, en el crecimiento de las inversiones en el exterior, es que, probablemente, algunas empresas hubieran tenido planes de expansión previos, los cuales pusieron en ejecución durante los últimos meses.
Tomando en consideración todos estos escenarios, ¿de qué forma se podrían incentivar nuevamente las inversiones en nuestro país y, con ello, dar un impulso a la economía?
Las empresas aún están apostando por México, pero también están apuntando a los países que les ofrezcan mejores oportunidades.
El panorama futuro y cómo incentivar las inversiones
La falta de inversión tiene implicaciones para la economía nacional, sobre todo por lo que tiene que ver con el crecimiento a largo plazo, ya que las inversiones no solo reflejan la capacidad productiva de un país, sino el buen desempeño del Producto Interno Bruto (PIB) a futuro. En ese mismo sentido, la recuperación económica de nuestro país, tras la pandemia, podría resultar muy lenta.
A pesar de que México es una de las naciones de Latinoamérica con los niveles más altos de inversión en el exterior1, datos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés) prevén que las corrientes mundiales de IED disminuyan hasta 40% durante este año, con relación a los 1.54 billones de dólares que se alcanzaron en 2019. Además, se tiene proyectado que aquellos países en los que se observarán las principales disminuciones de flujos serán los emergentes, como el nuestro.
Pese a todo, en Deloitte consideramos que, en el futuro próximo, no se observarán movimientos significativos en los flujos de IED, eso incluye las posibles inversiones que otros países realicen en el nuestro y las que los inversionistas mexicanos hagan en ellos. De modo que, si no habrá mejoras sustanciales, tampoco se puede decir que existirán condiciones críticas.
No obstante, si lo que se busca es impulsar el atractivo de México como destino de inversión, en primer lugar, será conveniente fomentar la certidumbre para los negocios en el país, mediante reglas claras y estímulos para los inversionistas. Regularmente, los países que crecen por arriba de 3% o 4% lo consiguen porque mantienen una alta inversión fija de capital, de alrededor de 25% de su PIB, y para ello es importante conservar un clima propicio para la inversión.
En México, los niveles promedio de inversión están por debajo de 20% del PIB, una cifra en la que, si bien el gobierno contribuye, la iniciativa privada lo hace en mayor medida. Lo anterior recalca la importancia del sector privado para la economía nacional, cuya participación se vuelve aún más relevante en estos momentos de desafiantes condiciones económicas para el gobierno.
En segundo lugar, será fundamental seguir trabajando en temas como el combate a la corrupción, la inseguridad y el apoyo a las empresas, las cuales desempeñarán un papel clave para alcanzar una pronta recuperación económica.
Seguir por este camino, enfocado a generar un clima de negocios óptimo, puede ayudar a que nuestro país sea visto (por empresas nacionales e internacionales) como destino de inversión atractivo, un objetivo que, en el contexto actual, es esencial.
1. En 2018, los capitales de empresas nacionales, junto con los de compañías de Brasil y de Chile, representaron 81% del total de IED que salió de la región hacia otras partes del mundo. Esto lo señala el informe Global LATAM, del Instituto de Comercio Exterior de España Exportación e Inversiones (ICEX) y la Secretaría General Iberoamericana.
Será fundamental seguir trabajando en temas como el combate a la corrupción, la inseguridad y el apoyo a las empresas.
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