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El sector automotriz mexicano mantiene su inercia
No obstante la retórica negativa y algunos escándalos mediáticos provocados por los tuits del presidente de los Estados Unidos, y a pesar de las expectativas y los resultados de los últimos meses, la producción y exportación de automóviles en México durante febrero de 2017 tuvo un récord histórico para un mismo mes.
En entrevista con Manuel Nieblas, Socio líder de la Industria de Manufactura.
La industria automotriz mexicana es como una maquinaria que va en marcha, y que es difícil de apagar.
Ésta es la primera vez que se superan las 300 mil unidades de producción para un segundo mes del año en la historia, además de que la variación es la más alta en dos años.
La producción y exportación de vehículos ligeros hechos por manos mexicanas se ubicó en 301 mil 475 unidades en febrero de 2017, el volumen histórico más alto para este mes.
Las cifras más recientes de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) nos demuestran que la industria no solo avanza, sino que pisa el acelerador, pues creció un 11.1% en este periodo.
Si bien el tema que preocupa hoy al mercado mexicano es el de la inversión extranjera directa, pues la falta de ésta podría impactar la fabricación de autopartes y vehículos en un futuro, la producción actual ha logrado mantenerse en números saludables.
"Lo interesante es que en un país donde las ventas están cayendo nosotros estamos creciendo y eso nos lleva a que nuestra participación de mercado llega a 13.9 por ciento, que es una participación que nunca habíamos tenido", señaló Eduardo Solís, presidente de la AMIA.
Advirtió que esto no puede tomarse como definición de tendencia o de algo que se repetirá en los próximos meses, pero sí es una buena noticia.
Destaca también el crecimiento de ventas hacia Alemania (con 18.2 por ciento), Colombia (74.9 por ciento), Brasil (117 por ciento) y Argentina (13 por ciento).
Crecer desde dentro…
Otra noticia positiva para las empresas instaladas en nuestro país es que el mercado interno mexicano sigue creciendo, a pesar del ligero aumento en los precios de las unidades que las armadoras empiezan a reflejar como consecuencia de la depreciación del peso. Durante el segundo mes del año se vendieron 117,976 unidades, 6.5% por encima de las registradas por la AMIA en febrero de 2016. De éstas, 41% fueron producidas en nuestro país y 59% en el extranjero.
Y compararnos hacia afuera
Ciertamente, las especulaciones que rodean la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la posible implementación del BAT o Impuesto de Ajuste Fronterizo han resonado en el sector automotriz mexicano. La industria está sumamente integrada a nivel regional. Sin embargo, en caso de que las medidas resulten desfavorecedoras para las armadoras en nuestro país, los cambios no se verían de la noche a la mañana.
América del norte funciona como un clúster en el que México proporciona productos y autopartes de bajo costo. Si volteamos a ver al resto de los clústers a nivel mundial, como el europeo o el asiático, encontraremos modelos similares, en los que países como Alemania y Japón utilizan partes producidas en contrapartes de bajo costo, como Turquía, China, Malasia o Tailandia, con aranceles del 0%. Imponer un arancel a autopartes exclusivamente hechas en México pondría a los automóviles estadounidenses en desventaja competitiva, sobre todo dentro del mercado norteamericano, pues sería el consumidor quien pagaría el costo final.
Las cifras de la AMIA demuestran la importancia de nuestro país en la cadena productiva. Los datos de exportación por regiones durante el periodo enero-febrero 2017 muestran un crecimiento para Estados Unidos, Latinoamérica y Europa, mientras que el resto de las regiones tuvieron tasas negativas. Este crecimiento se puede atribuir, en parte, a que México logró un crecimiento de 7.7 acumulado en fabricación durante el primer bimestre del año. No sólo es un país barato, es un país con un gran potencial de producción.
En cuanto a acciones locales, el gobierno mexicano debe “ponerle el cinturón” al talento nacional.
Una tarea pendiente
La fuga de cerebros es un problema que, como país, no hemos logrado resolver. La inversión en investigación y desarrollo de tecnología, según los datos más recientes del Banco Mundial, en México apenas representa el .50% de su Producto Interno Bruto. Una cifra bajísima, incluso a nivel regional, pues América del Norte promedia un 2.62% del PIB.
Algunas compañías como Ford o Nissan también han visto oportunidades para hacer investigación y desarrollo. Aquellas que le han apostado al talento mexicano han visto el beneficio reflejado en el porcentaje de penetración dentro del mercado nacional, pues generan productos que cumplen con las necesidades de nuestros consumidores. Invertir en este rubro puede ser la mejor vía para asegurar nuestra posición competitiva dentro del mercado de producción automotriz.