Semiconductores, una industria potencial para México

Perspectivas

Semiconductores, una industria potencial para México

En el contexto actual de recuperación de ventas de semiconductores, México tiene la valiosa oportunidad de convertirse en uno de los grandes productores de estos componentes, aprovechando ventajas como su ubicación estratégica. Pero, ¿qué otras cosas necesita para volverse potencia en esta industria?

Entrevista con Manuel Nieblas, Socio Líder de la Industria de Manufactura en Deloitte Spanish Latin America.

Ciudad de México, a 12 de agosto de 2024.

Desde relojes hasta videojuegos, teléfonos, computadoras, equipo hospitalario y vehículos automotores, todos los aparatos eléctricos están conformados por unas minúsculas piezas que se han convertido no solo en pilares de la manufactura global, sino también de la economía en su conjunto. Esos componentes ―medidos en nanómetros y que resultan indispensables para la fabricación de otros artefactos― son conocidos como semiconductores y, actualmente, impulsan negocios de billones de dólares alrededor del mundo.

Para 2024, se prevé que las ventas globales de semiconductores alcancen los 588,000 millones de dólares, una cifra que representa 13% más que lo registrado el año pasado[1]. Dicho indicador demuestra que la industria se encuentra en el punto crucial de su recuperación tras la escasez provocada por la pandemia, pero también pone sobre la mesa cuáles son los países que concentran la fabricación de estos dispositivos, como son los Estados Unidos, China, Taiwán y Corea del Sur.

Luego de una serie de acontecimientos que interrumpieron la fabricación y distribución de semiconductores ―entre ellos, el COVID-19―, y con la finalidad de evitar que las cadenas de suministro globales se vean impactadas nuevamente por algún suceso disruptivo o por un conflicto global, la producción de estos chips o microcircuitos está experimentando un proceso de reconfiguración a escala mundial.

¿A qué nos referimos con ello? A que muchos productores de estos componentes electrónicos están buscando establecer sus operaciones lo más cerca posible de sus mercados meta, o incluso, perseguir el objetivo de autoabastecimiento, como lo explica el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) [2]

En ese sentido, México se ha convertido en uno de los países con gran potencial para convertirse en competidor dentro de la fabricación de semiconductores debido a que cuenta con ventajas estratégicas. Entre ellas, destaca nuestra ubicación geográfica ―al ser vecinos de los Estados Unidos (uno de los principales mercados de uso y demanda de chips/semiconductores)―, la mano de obra calificada y la presencia de incentivos fiscales.

Además, nuestro país cuenta, sobre todo en la región fronteriza (Tamaulipas, Nuevo León, Sonora o Baja California), con la infraestructura instalada para el establecimiento de clústers de manufactura de equipos electrónicos, similares a los ya existentes para las industrias automotriz y aeroespacial.

Caso aparte es el de Jalisco, que, sin estar en la frontera norte, se ha posicionado como un clúster de Investigación y Desarrollo (I+D) de chips, donde se han establecido programas de desarrollo de talento especializado en semiconductores, para colocarlos en las diferentes organizaciones del sector en el estado. Asimismo, la entidad genera ventas internacionales en la categoría de diodos, transistores y semiconductores similares, por 32 millones de dólares[3].

Todo ello forma parte de las fortalezas que tiene nuestro país para convertirse en un fuerte competidor en la fabricación de estos componentes. Pero, ¿qué otras cosas juegan a su favor en la coyuntura actual?

 

Una ventana de oportunidad

Hasta 2022, México tenía una participación de apenas 0.57% en exportaciones globales de diodos, transistores y semiconductores, mientras que su huella de importaciones era de 2.04%, según cifras de la Secretaría de Economía[4]. Eso significa que todavía cuenta con amplio margen para expandir su mercado.

En especial, se podría aprovechar el gran potencial que tiene nuestro país en los procesos de diseño (I+D) y ensamble (backend), eslabones de la cadena de producción que han sido identificados por el Banco Interamericano de Desarrollo como dos grandes fortalezas competitivas de nuestro país, en comparación con otras naciones[5].

Esta misma oportunidad ha llevado a que las intenciones de potenciar a nuestra nación en el ámbito de semiconductores se vean más claras a través de iniciativas por parte de las autoridades. Desde 2022, con el refrendo de la Ley de Chips y Ciencia, México y el Departamento de Estado de los Estados Unidos buscan robustecer y expandir el ecosistema y el marco regulatorio de los semiconductores. En julio de 2024, ese mismo país vecino anunció que pondrían en marcha una alianza con socios clave, entre ellos México, para mejorar las capacidades en la cadena de valor, particularmente en ensamblaje, prueba y empaquetado[6]. Además, el 5 de junio pasado, se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) un convenio de colaboración entre diferentes organismos públicos para impulsar el desarrollo de la industria de semiconductores[7].

Como muestra del flujo comercial que existe entre México y los Estados Unidos, y del potencial que esto representa, debemos resaltar que la Unión Americana fue el principal destino comercial por concepto de “Diodos, Transistores y Semiconductores Similares”, con un monto de 602 millones de dólares, muy lejos del segundo destino hacia el cual nuestro país envió chips, que fue China con 18.3 millones de dólares[8].

Las entidades federativas con más ventas internacionales, en este mismo rubro, fueron Baja California (470 millones de dólares), Coahuila (52.9 millones de dólares), Chihuahua (52.2 millones de dólares), Ciudad de México (46.5 millones de dólares) y Jalisco (32 millones de dólares).

En este contexto, ¿cuáles son las acciones o estrategias que debe implementar el país, a fin de aprovechar este momento e impulsar su presencia en el mercado de los semiconductores?

 

Las claves rumbo al éxito

Hemos señalado ya el enorme potencial que, paralelamente, tienen México y la industria de los semiconductores en estos momentos; sin embargo, también es necesario considerar que existen muchos desafíos por superar para conseguir un papel más destacado dentro de este sector.

Desde nuestra óptica, existen cinco puntos clave para entender lo que implica y lo que se necesita para que nuestro país llegue a posicionarse como proveedor de estas piezas, a mayor escala:

  1. Fortalecer el talento. Esto implica incentivar la capacitación y la especialización continua, sobre todo en las áreas de ingenierías y ciencias.
  2. Invertir en I+D. Se requiere la colaboración académica a través de planes duales, lo que implica la creación de centros de excelencia y el uso de nuevas tecnologías, como la Inteligencia Artificial.
  3. Incentivos gubernamentales. Como posibles acuerdos comerciales y mayor atracción de Inversión Extranjera Directa (IED).
  4. Robustecer la seguridad y las regulaciones. Son necesarias políticas públicas e infraestructura, desarrollo de parques industriales, así como provisión de energía y recursos.
  5. Desarrollar cadenas de suministro resilientes. Mejora del ecosistema tecnológico, diversificación de proveedores y fortalecimiento de la infraestructura logística.
  6. Incrementar alianzas estratégicas. Entre la academia, organismos de investigación, compañías ya establecidas en México, startups y colaboración público-privada.

No se debe olvidar que, a final de cuentas, la industria de semiconductores está sujeta al desarrollo tecnológico y por ello será importante estar atentos a los cambios que forman parte de esta evolución. De momento, los chips están integrando la IA de última generación, herramienta que ya comienza a transformar la cadena de valor global de estos productos con ventas proyectadas de 50,000 millones de dólares para este 2024[9].

Todo lo anterior pone de relieve el papel que puede jugar México en el futuro cercano, en materia de semiconductores. Las condiciones parecen estar dadas para detonar esa industria y sacar el mejor provecho de esas pequeñas piezas que están presentes en prácticamente todas las cosas que usamos y que, además, mueven a las industrias de todo el planeta.

 

[1] Deloitte, 2024 Semiconductor Industry Outlook, 14 de mayo 2024.

[2] BID, México y la Cadena de Valor de los Semiconductores, abril 2022.

[3] Data México, “Diodos, Transistores y Semiconductores Similares”, 2023. 

[4] Ibidem.

[5] BID, Op. cit., abril de 2022.

[6] US Department of State, “U.S. Department of State and Inter-American Development Bank Collaborate on Semiconductor Initiative in the Western Hemisphere”, 17 de julio 2024.

[7] Diario Oficial de la Federación, 10 de junio de 2024.

[8] Data México, Op. cit., 2023.

[9] Deloitte, “Perspectivas de semiconductores 2024”.

Para
2024, se prevé que las ventas globales de chips alcancen los 588,000
millones de dólares.

En
especial,
se podría aprovechar el gran potencial que tiene nuestro país en los procesos de diseño (I+D) y ensamble (backend).

Los
chips están integrando la IA de última generación, herramienta
que ya
comienza a
transformar
la cadena
de valor global.

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