Perspectivas

Zonas Económicas Especiales

Llegó el momento decisivo

2018 y 2019 serán cruciales para definir el éxito o el fracaso de este proyecto, que ahora se enfrenta a retos de logística e infraestructura.

Entrevista con Juan A. Pizano, Socio de Comercio Exterior y Aduanas en Deloitte México

Ciudad de México, 16 de noviembre de 2017

Puerto Chiapas, en Chiapas; Lázaro Cárdenas, en Michoacán, y Coatzacoalcos, en Veracruz, son, oficialmente, las primeras tres Zonas Económicas Especiales (ZEE) del país. 

A finales de septiembre, el presidente Enrique Peña Nieto firmó los Decretos de Declaratoria de estas zonas, que esperan atraer inversiones por 5 mil 300 millones de dólares y crear 12 mil empleos entre los próximos dos y tres años.

Ya con los decretos firmados, es decir, teniendo la certeza de cuáles son los predios dentro de los polígonos establecidos en donde se trabajará, llegó el momento de definir cuál es el siguiente paso para poner en marcha este gran proyecto.

El primer paso fue construir el andamiaje legal e institucional de las ZEE, hacer de éstas un proyecto transexenal, regido por un órgano nacional –la Autoridad Federal para el Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales–, para evitar así la intervención de los gobiernos locales, tanto estatales como municipales.

La segunda etapa fue estudiar la factibilidad de cuáles de las siete áreas que estaban planeadas potencialmente para convertirse en ZEE serían las primeras en desarrollarse.

Ahora, lo que sigue es empezar a desarrollar las zonas, es decir, trabajar en los grandes retos de logística e infraestructura necesarios para atraer a los inversionistas, así como definir las reglas específicas para lo que se refiere a los incentivos y estímulos fiscales que ya se habían anunciado.

Se deben detallar, por ejemplo, el régimen aduanero que se le va a aplicar a las Zonas Económicas Especiales y los requisitos que establecerán para que los inversionistas puedan acceder a los beneficios fiscales que ofrecen las autoridades.

De igual forma, se tendrá que conocer también cuáles son las empresas interesadas en intervenir  en estos terrenos, pues hasta ahora, la autoridad solo tiene cartas compromiso de 50 compañías, las cuales, si bien constituyen un interés serio, no significa que los inversionistas estén obligados de manera contractual a cumplirlas.

La teoría ya está, hoy toca otorgar a las Zonas Económicas Especiales una mayor dosis de realidad para que comiencen a funcionar.

La prueba de fuego de las ZEE

Se hablaba de 250 empresas interesadas, hoy solo 50 han hecho una carta compromiso para realizar inversiones productivas en las tres Zonas Económicas Especiales decretadas. Se trata, sin duda, de una cifra que aún se queda corta.

Y es que es tan grande la magnitud de los territorios que abarcan estos polígonos, que 50 empresas representarían solo el 20% de la ocupación proyectada para estas zonas.

Por esta razón, es muy importante que los inversionistas interesados comiencen a ver los primeros resultados de los proyectos que inaugurarán las ZEE, pues de lo contrario, se corre el riesgo de que se construyan ‘elefantes blancos’ que, al final del día, no serán aprovechados.

Una vez que los primeros proyectos sean exitosos, será mucho más sencillo que empresas con una mayor aversión al riesgo se atrevan a entrar. Si por el contrario, se empiezan a enfrentar problemas para realizar las promesas de inversión logística e infraestructura, y eso retrasa los primeros proyectos grandes, ahí sí se estará ante un problema serio de credibilidad.

En ese sentido, el mayor riesgo para el desarrollo de las Zonas Económicas Especiales es que estos 50 proyectos no se instalen o no sean exitosos. Por ello, habrá que prestar especial atención a lo que ocurra en 2018 y 2019 -cuando las autoridades prevén comenzar a ver los primeros resultados-, un periodo que sin duda será crucial para el futuro de las ZEE.

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