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Apuesta por las finanzas verdes en el Perú

¿Qué se necesita para aplicarlas y afianzarlas?

Este artículo aborda la importancia de las finanzas sostenibles como parte de una estrategia empresarial orientada hacia la consecución de objetivos medioambientales y sociales, haciendo un recuento de los diversos mecanismos de financiamiento de esa índole y destacando la importancia de contar con una taxonomía verde o sostenible como herramienta que permite identificar y clasificar actividades y proyectos alineados con la sostenibilidad.

Las finanzas sostenibles apoyan el crecimiento de industrias y países permitiendo a los inversionistas profundizar su análisis mediante la búsqueda de rentabilidad financiera.

Así, la metodología de inversión vuelve a la esencia de la economía: suplir una brecha entre oferta y demanda. En este sentido, el continuo crecimiento de este enfoque convertirá a las finanzas sostenibles en el estándar para evaluar proyectos de inversión.

 

Mecanismos de finanzas sostenibles

Los mecanismos que existen actualmente son los siguientes: (i) pagos por servicios ambientales; (ii) bonos temáticos o etiquetados; (iii) bonos de carbono e instrumentos de compensación de emisiones de gases de efecto invernadero; (iv) fondos de inversión; (v) financiamiento mixto con préstamos concesionales y a tasa de mercado; (vii) marcos normativos con mecanismos de financiamiento basados en la tierra; (vii) fibras y otros similares.

De todos ellos, los conceptos más relevantes son:

  • Bonos temáticos o etiquetados: son instrumentos de deuda que velan por el financiamiento de proyectos que buscan impulsar el desarrollo sostenible. En particular, un bono verde sirve para desarrollar proyectos relacionados con impacto medioambiental.
  • Pago por resultados: son contratos que permiten pagar únicamente al lograr los resultados deseados en el proyecto a desarrollar.
  • Blended finance: uso estratégico de recursos sin desembolso y financiación tradicional con propósitos para el desarrollo sostenible, así como movilizar flujos de capital privado hacia proyectos con un impacto sostenible.

Si cada vez somos más conscientes del impacto ambiental y social de las actividades humanas, las prácticas financieras sostenibles son una prioridad de competitividad, rentabilidad y protección del valor de una empresa; por lo tanto, un financiamiento verde difícilmente tendrá éxito si lo aislamos del impacto social que genera.

Ahora bien: ¿cuán integral es el impacto ambiental y social en la estrategia del negocio?; ¿dónde cae dicho impacto ambiental y social dentro de la estructura y los procesos de la organización?; ¿qué motiva la acción de la empresa en materia de impacto ambiental y social?; ¿cómo se percibe públicamente la empresa en relación con tales impactos?

Algunas respuestas que pudiesen formar parte de las estrategias de una empresa es que este tipo de actividades nos permiten obtener una maximización de las ganancias para los accionistas, ser colaboradores corporativos como empresa, ser integradores de impacto como organización o ser una entidad que apoye la innovación ambiental y social.

 

La taxonomía de finanzas verdes

Este contexto permite analizar la taxonomía de finanzas verdes, la cual es relevante en el desarrollo sostenible porque se le considera una herramienta para contribuir sustancialmente a la sostenibilidad.

Así, una taxonomía verde o sostenible es un sistema de clasificación para identificar y definir actividades, activos, proyectos o empresas con impactos medioambientales y sociales positivos, sobre la base de metas y criterios establecidos.

Una taxonomía se basa en la ciencia y es coherente con una transición rápida hacia una economía baja en carbono; asimismo, proporciona certidumbre y transparencia a los mercados financieros, fomenta la inversión sostenible, realiza seguimiento a los recursos y los flujos del financiamiento.

Una taxonomía también contribuye de manera sustancial con un objetivo ambiental y/o social, para asegurar que las inversiones tengan un impacto significativo para considerar una etiqueta y evitar el greenwashing1. Algunos ejemplos de objetivos medioambientales2 corresponden a la mitigación del cambio climático, la adaptación a este, la gestión de recursos hídricos y marinos, la conservación de ecosistemas y biodiversidad y a la prevención y control de la contaminación.

Finalmente, tener una taxonomía para abordar los desafíos más relevantes del desarrollo sostenible (e.g., empleo, emprendimiento, salud, educación, género, energía, innovación, desigualdad, consumo responsable, cambio climático, entre otros), permitirá contribuir con los objetivos de desarrollo sostenible y a crear una base para el desarrollo de políticas públicas en materia de finanzas sostenibles en el Perú.

Referencias:

  1. Según Fundeu BBVA, greenwashing consiste en la estrategia publicitaria utilizada por ciertas compañías para presentars a ellas y a sus productos, como respetuosas con el medio ambiente, sin realmente serlo.
  2. Veáse la “Taxonomía sostenible de México”, publicada en 2023: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/809773/Taxonom_a_Sostenible_de_M_xico_.pdf
     

Consulte nuestra publicación en:

Revista Capitales de Procapitales

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