Análisis

Economía uruguaya continúa estancada, pero no hubo recesión

Nota a Florencia Carriquiry en En Perspectiva | 18 de setiembre 

PBI creció 0,1 % en el segundo trimestre respecto al mismo período del año pasado, y 0,3 % respecto al primer trimestre del año

EMILIANO COTELO (EC): El Banco Central divulgó ayer los datos de Cuentas Nacionales del segundo trimestre de 2019. Según estas cifras, el PBI tuvo una variación de 0,3 % frente al primer trimestre y registró una ligera suba también (de 0,1 %) en la comparación con el mismo trimestre del año pasado.

Para analizar en detalle estas cifras y conversar sobre las perspectivas para lo que resta del año y para 2020, tenemos en línea a la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.

ROMINA ANDRIOLI (RA): Florencia, ¿cómo vieron estos últimos datos divulgados? ¿Estuvieron en línea con lo que esperaban?

FLORENCIA CARRIQUIRY (FC): En términos generales estuvieron sí bastante en línea con lo que teníamos estimado, que era una variación muy ligeramente positiva para el trimestre. De hecho, varios indicadores parciales disponibles venían marcando que el trimestre abril-junio había seguido siendo pobre en términos de la actividad económica, pero no necesariamente peor que enero-marzo y las cifras confirmaron esto, con un crecimiento desestacionalizado de 0,3 % frente al primer trimestre.

– De todos modos y más allá de ese ligero crecimiento frente al trimestre previo, los datos siguen ratificando a nuestro juicio el diagnóstico de estancamiento económico, que venimos manejando desde ya hace un tiempo, de hecho con estas cifras el PIB lleva más de un año sin registrar un crecimiento relevante.

RA: ¿Qué mostraron las cifras a nivel de los principales sectores de actividad?

FC: En la medición desestacionalizada, es decir, al comparar con los niveles de enero-marzo algunos sectores crecieron y permitieron ese crecimiento de 0,3 %. En particular, las actividades primarias subieron 1,3 % (reflejando las buenas cosechas de verano y un sostenido dinamismo de la actividad silvícola), el sector transporte y las comunicaciones creció 0,9 % (este sector desde hace años se destaca por su crecimiento) y el agregado Comercio, reparaciones, restaurantes y hoteles se expandió 1 % frente a enero-marzo, favorecido en este segundo trimestre por el efecto semana de turismo, que este año cayó en abril. Luego la industria cayó levemente frente a enero-marzo, la generación de electricidad también se retrajo (4 %) y la construcción volvió a tener una variación negativa, de casi 2 % frente al trimestre anterior.

Ahora, Romina, si comparamos con los niveles de un año atrás, los datos del segundo trimestre siguieron marcando que la mayoría de los sectores acumulan caídas.

RA: ¿Podemos comentar esas cifras? Recién mencionaba Emiliano que frente al mismo trimestre de 2018 el PBI se mantuvo estable (creció concretamente 0,1 %). ¿Cómo fue la evolución a nivel sectorial en esa comparación interanual?

FC: Sí, claro. Si vamos a la medición interanual, la tónica sectorial tiende a ser de caída. Las únicas excepciones son en este caso el sector Electricidad, gas y agua, que crece 3,5 % frente a los niveles de abril-junio de 2018, al impulso de una muy buena generación hidráulica, las actividades primarias (en donde se observa una mayor actividad agrícola y silvícola) y el sector Transporte y Comunicaciones, que registró un crecimiento de 5,5 %. Según el comunicado del BCU, en este trimestre no sólo las comunicaciones crecieron sino que también hubo expansión en las actividades de transporte y logística, asociado al mayor transporte de granos sobre todo.

Luego hubo retrocesos en todos los demás casos. La industria manufacturera se contrajo casi 2 % interanual, en un marco de menor actividad en varias ramas. De hecho, las cifras más granulares que publica el INE marcan que más de la mitad de las ramas están reportando caídas en sus volúmenes de producción en los últimos meses.

Por otro lado, la construcción se retrajo 4,7 % frente a abril-junio de 2018, sobre todo como consecuencia de una sostenida caída de la construcción de edificios en Montevideo. A nivel de otras construcciones, seguimos viendo más obras de la Intendencia de Montevideo, pero estas se vieron contrarrestadas por una caída en obras del Ministerio de Transporte y de algunas empresas públicas.

A su vez, si bien el agregado Comercio, restaurantes y hoteles creció frente a enero-marzo como mencionaba antes, se mantiene por debajo de los niveles de un año atrás. Concretamente cayó 2,6 % interanual, con una caída tanto de la actividad comercial como de restaurantes y hoteles.

Y finalmente las otras actividades, que nuclean servicios diversos, registraron una nueva caída, 0,6 % frente al segundo trimestre del año pasado.

RA: ¿Y cómo analizan el desempeño del lado de la demanda? Me refiero a qué marcan las cifras en términos de consumo, inversión y exportaciones, por ejemplo.

FC: La demanda interna se retrajo en este segundo trimestre en relación a los niveles de un año atrás.

En particular, el consumo privado, que ya había tenido una desaceleración importante en 2018 (en un marco de suba del dólar y freno de los salarios reales), registró el tercer trimestre consecutivo de caída. Concretamente, en abril-junio cayó 0,1 % frente a los niveles de un año atrás, luego de haber caído 0,5 % en el último trimestre de 2018 y 0,4 % en enero-marzo de este año.

Esto confirma un deterioro muy claro del consumo privado en el último año. Recordemos que hasta 2017 el consumo venía siendo uno de los principales motores del crecimiento, con tasas de crecimiento superiores al 4 % anual. Ya en el comienzo de 2018 tuvo un enfriamiento muy marcado, pasando a crecer a tasas del orden de 2 % entre enero y setiembre y desde el cuarto trimestre del año lo tenemos cayendo levemente, como decía recién.

A su vez, el consumo público (es decir, el gasto público corriente sin transferencias) se moderó sensiblemente, creció menos de 0,5 % en la comparación interanual.

Y, por otro lado, la inversión bruta fija volvió a caer, incluso profundizó el ritmo de caída respecto a enero-marzo, con un descenso de más de 4 % en este segundo trimestre. La inversión privada fija moderó el ritmo de caída (se redujo 1 % en la comparación interanual) pero al mismo tiempo se vio una fuerte retracción de la inversión pública en el trimestre (de casi 16 %) porque estamos comparando con un segundo trimestre de 2018 en el que se había registrado una inversión importante en una draga para el puerto. El mismo comunicado destaca que la inversión pública en construcción siguió aumentando a instancias de mayores obras de la Intendencia.

Con estos datos, la inversión sigue confirmando una tendencia de caída que ya lleva 4 años.

Sin embargo, esta caída de la demanda interna se vio contrarrestada por una mayor demanda externa. Concretamente, las cifras del segundo trimestre marcaron que, después de varios trimestres de caída, las exportaciones de bienes y servicios crecieron 3,5 % con respecto al mismo trimestre de 2018, principalmente por la fuerte expansión en las exportaciones de soja y, en menor medida, también de carne, que contrarrestaron el descenso a nivel de las exportaciones de servicios turísticos y también de otros servicios.

RA: ¿Cómo están quedando las proyecciones de PIB tras estos datos?

Como decía recién, los datos del segundo trimestre confirman que la economía uruguaya continúa virtualmente estancada, más allá de que este segundo trimestre marcó una mejora ligera respecto a las cifras del inicio de año.

Nosotros desde hace varios meses venimos proyectando un crecimiento del PIB muy modesto para 2019 (de 0,4 % en el promedio del año) y una expansión para 2020 mayor (en torno a 2 %), pero con un impulso clave del proyecto de UPM. De hecho, ese pronóstico de 2 % para el año que viene asumía un crecimiento del PIB en torno a 0,5 % si dejamos de lado el efecto del proyecto de UPM. Con lo cual, en líneas generales ya veníamos manejando un panorama de muy pobre crecimiento para estos años.

Ahora, si bien estas nuevas cifras no supusieron mayor sorpresa, al mismo tiempo es evidente que en los últimos meses el contexto externo tuvo un fuerte deterioro, sobre todo por lo que está pasando en Argentina, que supone un shock claramente negativo para nuestro país.

Por eso, si bien no hemos actualizado nuestros modelos de proyección (estábamos aguardando a incorporar estas cifras del segundo trimestre para hacerlo), en las circunstancias actuales es probable que revisemos algo a la baja los pronósticos.

¿Encontró útil este contenido?