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Hojas de ruta de Transición Energética en Argentina

Un modelo energético sostenible para Argentina en 2050

Marzo 2019

Resumen ejecutivo

Los contenidos, análisis, conclusiones y recomendaciones descritos en este informe no tienen por qué reflejar la opinión de cada uno de los expertos participantes. Se han manifestado visiones y opiniones diversas y, en algunas ocasiones, contrapuestas, que han servido para enriquecer y contrastar los aspectos fundamentales cubiertos en el estudio.

La lucha contra el cambio climático

El Acuerdo de París, alcanzado en la XXI Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, incluyó como objetivo el compromiso de contener el incremento de la temperatura de la tierra “muy por debajo de los 2ºC” con respecto al nivel preindustrial, y esforzarse para limitarlo en 1,5ºC, así como alcanzar la neutralidad de emisiones entre 2050 y 2100.

Las partes alcanzaron un acuerdo para preparar, comunicar y mantener contribuciones nacionales en el futuro, poniendo en marcha medidas para la consecución del objetivo global planteado.

El modelo energético argentino al 2050

El cambio en las formas de producción y consumo de energía entre hoy y 2050 es imprescindible para la reducción de emisiones.

Argentina emitió 368 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (MtCO2) equivalentes en el año 2014, de las cuales 193 millones provinieron de usos energéticos y los 175 millones restantes correspondieron a otros usos no energéticos.

El proceso de construcción de escenarios para la evaluación del modelo energético sostenible para Argentina en 2050 requirió, necesariamente, de la elaboración de la línea de base para contrastar los resultados y los impactos de las acciones y medidas de mitigación de cambio climático para el sistema en su conjunto. A partir de esta premisa, se simuló el escenario tendencial o “Business As Usual” (BAU) manteniendo el statu quo del año 2014 para todo el período de análisis (en lo referente a la matriz productiva, energética y las emisiones), bajo la suposición de que el crecimiento de la economía se mantiene constante en un 3% hasta el año 2050. Como resultado de la proyección se obtuvo que las emisiones de GEI totales alcanzarían un valor cercano a los 560 MtCO2eq a 2030 y a 992 MtCO2eq a 2050.

Por su parte, los escenarios Increased Effort y Green Disruptive, representan horizontes alternativos que permiten una reducción en términos de emisiones de gases de efecto invernadero del 62% y del 82% respectivamente, con respecto a la proyección realizada bajo el escenario BAU a 2050.

En el escenario Increased Effort se aplican medidas de mitigación y cambios en la matriz energética maximizando el potencial en todos los sectores en base a lo propuesto por las contribuciones nacionales no condicionadas del gobierno, mientras que en el Green Disruptive, se introducen políticas de mitigación y cambios en la matriz energética orientados a maximizar los beneficios de la descarbonización en un contexto de apoyo internacional. En este sentido, dada la multiplicidad de opciones de mitigación disponibles, y no menos importante, la interrelación entre las mismas, estas se dividieron en cuatro vectores de descarbonización que resultan necesarios para alcanzar metas más ambiciosas al año 2050. Estos son:
• Cambiar a fuentes primarias de energía libres de emisiones, apuntando a una matriz eléctrica verde: Para que la sustitución de fuentes primarias tenga un efecto duradero, es necesario que la electricidad se produzca a través de fuentes renovables.
• Fomentar la eficiencia energética y electrificación de los usos finales: Existe un gran potencial de reducir emisiones desacoplando el crecimiento económico del consumo de energía. Las oportunidades
para reducir la intensidad energética en la producción de bienes, el potencial de ahorro de energía en el consumo residencial y sector servicios, así como la eficientización de procesos de transformación que incrementen la energía utilizada y minimicen los desperdicios. A su vez, se espera un cambio a fuentes primarias de energía con menores emisiones a través del reemplazo del carbón y del petróleo con altos niveles de emisión por combustibles bajos en emisión, como la electricidad, los biocombustibles, y en menor medida el gas natural. • Desarrollo de infraestructura y digitalización: La actualización de la infraestructura y la digitalización son la piedra angular para sostener la transición hacia un modelo de energía sostenible con bajas emisiones de carbono. El incremento de la demanda de electricidad debería llevar a un cambio de paradigma que permita pasar de un sistema tradicional a un sistema completamente flexible que se adapte al aumento de las energías renovables y la generación descentralizada.
• Incentivar modos de producción sustentable: En la industria y especialmente en la ganadería y agricultura se requiere adoptar modos de producción sustentables, que permitan reducir el nivel de emisiones.

Transición energética

El camino a recorrer en la transición deberá contar con una cuidada planificación que garantice el logro de ambiciosos objetivos ambientales, de modo que el esfuerzo conjunto que haga toda la sociedad, así como el importante volumen de inversiones, se plasmen de forma eficaz. En este sentido, el diseño y momento de las transformaciones deberán realizarse sin poner en riesgo la actividad económica ni la seguridad del suministro energético y al mismo tiempo optimizar los costos e inversiones.
Esta transición deberá avanzar sobre las cuatro grandes palancas mencionadas en el título anterior:
- Cambiar a fuentes primarias de energía libres de emisiones, apuntando a una matriz eléctrica verde

El Régimen de Fomento Nacional para el uso de Fuentes Renovables de Energía destinada a la Producción de Energía Eléctrica debe ser el piso inicial para establecer el diseño de la matriz eléctrica libre de emisiones a futuro. De cara a 2050 se espera que haya una fuerte penetración de generación de fuentes renovables, considerando la reducción de costos de las tecnologías y más aún si se incluyera el costo social de la emisión de carbono.

La capacidad instalada libre de emisiones proyectada para los escenarios Increased Effort y Green Disruptive alcanza el 74% y el 83%, respectivamente, logrando llevar el porcentaje de la generación en base a fuentes limpias al 82% y 91% en 2050. Para llegar a esos valores, en primer lugar, se incorporó a la matriz eléctrica el inventario hidroeléctrico nacional relevado por el Estado Nacional1, que asciende a 11 GW de potencia, considerando aquellos proyectos que en la actualidad se consideran viables ambiental y económicamente.

A su vez, la complementariedad que permite la generación hidroeléctrica y eólica, más la expectativa de incorporar la energía solar con el agregado de baterías posibilitó apuntar a una penetración agresiva de fuentes renovables intermitentes. En el escenario Increased Effort se instalan 19 GW y 27 GW de potencia eólica y solar, que se incrementa hasta llegar a 30 GW y 44 GW en el escenario Green Disruptive, respectivamente. La capacidad total solar está compuesta, en promedio entre los dos escenarios, en un 45% por paneles fotovoltaicos complementados con baterías, un 10% con paneles solares distribuidos (fuera de la red), 3% CSP o energía termosolar concentrada y el 42% restante de centrales de mayor escala ubicadas principalmente en la región de Cuyo y el Noroeste del país. En relación a las centrales eólicas, se distribuyeron conforme al potencial de recurso eólico: un 48% en la región Patagónica, un 39% al sur de la provincia de Buenos Aires y el 12% restante en la región el Noroeste.

La mayor penetración de energía renovable intermitente requiere administrar la gestión de los picos de demanda, a través de la gestión activa de la demanda, utilizando como respaldo la flexibilidad del gas y aumentando la participación de tecnologías de almacenamiento. En particular las baterías y generación hidroeléctrica.

- Fomentar la eficiencia energética y electrificación de los usos finales

La evolución hacia una matriz energética más limpia en términos de emisiones involucra también la reducción de intensidad energética, que se logra a través de la mejora en eficiencia energética y la utilización de vectores energéticos descarbonizados y eficientes. Todos los sectores de actividad a nivel nacional deberían estar alineados para disminuir el consumo energético del país, y, por ende, las medidas correspondientes han de afectar a cada uno de estos. Una creciente electrificación apoyada en el desarrollo de energías renovables facilita la descarbonización de los usos finales en sectores hoy fuertemente emisivos y dependientes de los combustibles fósiles, a la vez que permite reducir el consumo energético y mejorar la balanza comercial del país.

La regulación legislativa es una excelente herramienta para lograr impactos fuertes en materia de consumo energético. La posibilidad de contar con una Ley de Eficiencia Energética, que logre abarcar un gran abanico de temáticas que respalden la necesidad y faciliten la promoción de la eficiencia energética y la adopción de tecnologías más eficientes como política de estado, permitiría reestructurar y potenciar el decreto 140/2007 sancionado el 21 de diciembre de 2007 y que declara de interés y prioridad nacional el uso racional y eficiente de la energía a través de la adecuación de los sistemas de producción, transporte, distribución, almacenamiento y consumo de la energía.

En lo que respecta a electrificación, para el año 2050 sería necesario alcanzar un nivel del 33% sobre el consumo total de energía final en el escenario Increased Effort, y del 51% en el Green Disruptive, lo que equivale a un crecimiento anual del 0,4% y 1,1% respectivamente, respecto al nivel de electrificación actual (19%). De la misma manera, el consumo de gas natural debería representar el 28% en el escenario Increased Effort y el 21% en el Green Disruptive, del total del consumo de energía final, frente a un nivel actual de gasificación del 33%. Esto representa una reducción del 0,1% y 0,3% anual, como resultado del traspaso de tecnologías convencionales a tecnologías eléctricas incrementalmente descarbonizadas gracias a la creciente senda de penetración de renovables.

• Electrificación de los sectores residencial, comercial y público

En el año 2014 (año base), el sector residencial, comercial y público, era responsable de la emisión de 31,3 MtCO2 equivalentes (un 8,6% de las emisiones totales de Argentina), explicado principalmente como consecuencia del consumo de energía para usos térmicos.

Para reducir sus emisiones, el consumo eléctrico en este sector necesitaría aumentar hasta situarse en el 47% (escenario Increased Effort) y en el 76% (para el caso del escenario Green Disruptive) del consumo energético total, y el consumo de gas tendría que reducirse en términos de participación porcentual hasta el 50% bajo los supuestos del escenario Increased Effort y al 20% en el escenario Green Disruptive, como consecuencia de las políticas más agresivas en términos de electrificación y eficientización.

Para alcanzar esta penetración desde los valores actuales, el consumidor residencial y comercial, así como el Estado para sus edificios e instalaciones públicas, necesitarán invertir en nuevos equipos para usos térmicos (ejemplo: reemplazo de calefactores tradicionales por bombas de calor), en cocinas eléctricas y en artefactos con un mayor nivel de eficiencia que pudieran aparecer en el mercado en años venideros. La adopción de una fuente de energía u otra vendrá derivada de la competitividad en costos de las distintas soluciones tecnológicas disponibles y de la reglamentación aplicable, incluida la que incentive menores niveles de consumo y que proporcione adecuadas señales de precio que reflejen correctamente la estructura de costes de los sistemas.

• Electrificación del sector agricultura

En los próximos 10 años se espera que se produzca una revolución tecnológica en la maquinaria agrícola a nivel global que provoque cambios de paradigmas productivos, comparables a los que produjo la irrupción del tractor diésel en las décadas del 50/60 del siglo pasado. Por ello, si bien en nuestro país el desarrollo de “robots” y/o maquinarias que utilizan baterías de recarga eléctrica o solar (ya disponibles en algunos países de Europa) aún se encuentra en etapa de diseño de prototipos, la construcción de los escenarios Increased Effort y Green Disruptive, contempla la irrupción de este tipo de tecnologías de forma paulatina para el período 2014-2050.

  • Sustitución de combustibles en el sector industrial

La implementación de medidas que tiendan a mejorar la eficiencia energética en la industria permitiría reducir costos sustanciales a las empresas, logrando una optimización del uso de la energía y al mismo tiempo contribuyendo a la lucha contra el cambio climático. Los sistemas de gestión de la energía y auditorías energéticas en el sector industrial muestran un gran potencial de ahorro a través de inversiones bajas en montos y rápidos repagos. El recambio tecnológico a equipos más eficientes también permitiría lograr avances significativos en materia de intensidad energética y emisiones. Específicamente en el caso argentino, el recambio de equipamiento altamente difundido en las plantas fabriles como motores eléctricos y calderas (antiguos, de uso intensivo y de baja eficiencia media), contribuirían ampliamente en este sentido.

La implementación de dichas medidas permitiría lograr una reducción de las emisiones totales – por consumo energético y procesos - del 43% y 66% para los escenarios Increased Effort y Green Disruptive, a 2050 respectivamente. Al mismo tiempo se avanzaría en una industrialización sustentable y achicaría la brecha existente en la intensidad energética de nuestro país con relación a la de los países industrializados.

• Sector transporte

Las emisiones de GEI del sector transporte crecen, a nivel internacional, a la mayor tasa desde 1970. Entre las razones, se destaca el incremento de la motorización, a medida que crece el PBI per cápita. Para mitigar las potenciales mayores emisiones del sector, cuatro líneas de acción son identificadas. En primer lugar, políticas tendientes a reducir la intensidad energética de los vehículos, y en conjunto con estas, medidas que tiendan a restringir la intensidad de carbón por combustible. Pero una mayor eficiencia será insuficiente, por lo que se requiere avanzar a modos de movilización libres de emisiones, como son los vehículos eléctricos y el cambio modal al tren, especialmente para el transporte de carga. En el escenario Increased Effort se proyecta una penetración de la movilidad eléctrica del 16% para 2030 y 32% para 2050 del total del parque de vehículos privados. Por su parte, el escenario Green Disruptive contempla un 27% de participación de mercado al 2030, alcanzado una participación del 52% al 2050 (en línea con las expectativas internacionales). Por último, existen oportunidades importantes para incrementar el uso del transporte público, o modificar conductas que promuevan el uso de la bicicleta, compartir el uso del vehículo o disminuir la necesidad de movilizarse, como puede ser el trabajo remoto.

- Desarrollo de la infraestructura y la digitalización

La red de transmisión de Argentina está muy desarrollada en las zonas costeras del Gran Buenos Aires y el Litoral, mientras que otras regiones menos pobladas no están interconectadas y solo están conectadas por una sola línea al sistema.

La red de distribución está fragmentada. La red de distribución en Argentina es operada por una combinación de compañías privadas y controladas por el Estado, con 23 DSO (Operadores de Sistemas de Distribución) y más de 400 cooperativas locales.

El despliegue de medidores inteligentes se encuentra en sus pasos iniciales, es poco extendido y está altamente desregulado, pero algunas empresas minoristas han comenzado a instalarlos en sus clientes. Las compañías locales de distribución pública ya cuentan con varias referencias que implementan medidores inteligentes en ciudades, sin ningún marco específico.

La nueva regulación (eficiencia energética de tarifa plana, medidores inteligentes y generación distribuida) se ha lanzado recientemente o está en discusión. La reglamentación local ya se ha emitido a nivel regional en algunos casos, mientras que a finales de 2017 una nueva Ley n. 27.424 Se ha publicado “Régimen de fomento a la Generación de energía renovable integrada a la red eléctrica pública” sobre generación distribuida.

La actualización de la infraestructura y la digitalización son la piedra angular para sostener la transición hacia un modelo de energía sostenible con bajas emisiones de carbono. El incremento de la demanda de electricidad debería llevar a un cambio de paradigma que permita pasar de un sistema tradicional a un sistema completamente flexible que se adapte al aumento de las energías renovables y la generación descentralizada.

Las nuevas infraestructuras de red en transporte y distribución son claves para impulsar el crecimiento de las energías renovables. En el horizonte 2030, se requerirán nuevas inversiones en las redes eléctricas tanto para permitir el acceso a sitios de alto potencial renovable (tales como los extensos recursos eólicos de la Patagonia y las regiones del noroeste con un alto potencial solar), y para perseguir una red más interconectada que permita aumentar la confiabilidad del sistema.

-  Incentivar modos de producción sustentable (sector no energético)

El sector no energético tiene una participación del 47,5% (175 MtCO2eq.) sobre el total de emisiones en el año base. Explicado principalmente por los sectores ganadería y uso de los suelos

Dentro del sector ganadería las medidas de mitigación tienen que ver con la optimización en el manejo de ganado a partir de mejoras en la calidad de los alimentos y suplementos dietarios, y campañas de vacunación para el ganado con el objetivo de la reducción de emisiones de gas metano.

Por su parte, para el sector uso de los suelos, las medidas están asociadas con la reducción de la tasa de forestación conforme pasan los años, el proceso de aforestación, la mejora en los pastizales e implementación de mejores prácticas en los usos de las tierras para el cultivo.

En su conjunto, las medidas contempladas para la elaboración de los escenarios Increased Effort y Green Disruptive, permiten proyectar una reducción del 56% y 81% respectivamente en términos de emisiones de gases de efecto invernadero con respecto al escenario BAU a 2050.

Recomendaciones

Tanto en la administración pública, como en el sector privado argentino, se necesitan emprender acciones decididas para liderar el cambio de modelo energético. La lucha contra el cambio climático requiere cambiar patrones y modos de consumo, utilizar masivamente energías renovables y hacer enormes esfuerzos en eficiencia energética. Todo ello requiere movilizar a los distintos actores para facilitar las necesarias inversiones en generación, en infraestructuras, en I+D+i, en nuevas formas de edificación, y en los usos finales de la energía. Este cambio requerirá la implicación y concientización de la sociedad en su conjunto.

Para ello, se vuelve necesario que se instrumenten una serie de políticas que incentiven los cambios estructurales y establezcan nuevos marcos legales y regulatorios. Una intensa coordinación de la planificación y ejecución de acciones entre las diferentes instituciones públicas será esencial para la toma racional y eficiente de decisiones por parte de las empresas y los consumidores finales.

Para poder realizar una transición paulatina y competitiva, pero que debe ser decidida y con un compromiso de cambiar las estructuras de nuestro modelo energético, se propone un conjunto de recomendaciones para el desarrollo de una política de descarbonización que dé la necesaria importancia a la seguridad y competitividad del modelo energético.

Recomendaciones para la generación eléctrica a partir de una matriz verde

Recomendación 1: Acelerar la Transición Energética a una matriz de generación eléctrica libre de emisiones.

Recomendación 2: Implementar el almacenamiento de energía para potenciar los beneficios y el uso de las energías renovables a nivel del sistema.

Recomendación 3: Propender a la integración energética con los países limítrofes a través de interconexiones en la red eléctrica.

Recomendación 4: Desarrollar una regulación que incentive las inversiones necesarias en las redes para permitir la incorporación de energías renovables y nuevas tecnologías necesarias para la transición energética.

Recomendaciones sobre eficiencia energética y descarbonización de usos finales a través de la electrificación

Recomendación 5: Establecer a la Eficiencia Energética como política de Estado, para lo cual se promueve la sanción de una Ley de Eficiencia Energética integral.

Recomendación 6: Promover la reducción de emisiones de los sectores residencial y comercial.

Recomendación 7: Promover la reducción de emisiones del sector público.

Recomendación 8: Fomentar la movilidad sostenible en el transporte ligero a través de la incorporación de vehículos cero emisiones, entre los cuales el vehículo eléctrico destaca como la solución más factible a presente y futuro.

Recomendación 9: Fomentar el cambio modal a ferrocarril del transporte pesado.

Recomendaciones sobre cambios estructurales a realizar en términos de infraestructura de redes y digitalización.

Recomendación 10: Acelerar la implementación de medidores Smart.

Recomendación 11: Digitalizar la matriz de potencia eléctrica y las redes.

Recomendación 12: Diseñar una estructura tarifaria que represente precios adecuados para impulsar una respuesta activa lado demanda.

Recomendación 13: Buscar la integración entre distribuidores y transportadores de energía para optimizar el manejo de la matriz.

Recomendaciones sobre instrumentos económicos y políticas de Carbon Pricing

Recomendación 14: Introducir una regulación específica para desarrollar una señal de precio efectiva del coste de las emisiones.

Recomendaciones sobre sectores no energéticos

Recomendación 15: Promover la reducción de emisiones del sector agricultura.

Recomendación 16: Promover la reducción de emisiones de los sectores ganadería, silvicultura, y en lo que respecta a otros usos de los suelos.

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