Tal y como lo mencionamos la semana anterior, dadas las medidas que se están tomando para aplanar la curva limitando el número de nuevos infectados de COVID19, la economía chilena confrontará periodos de crecimiento volátiles a corto y mediano plazo. Actualmente, todo apunta a que la recesión será aguda, pero prevemos que la recuperación empezará en el último trimestre del año. Con esto en mente, seguimos monitoreando la situación en tiempo real y en esta edición de la nota semanal encontrarán nuestro último comentario sobre los detalles más relevantes de las cuentas nacionales del primer trimestre del año donde identificamos cuáles eran las áreas más frágiles de la economía en víspera de la crisis. También repasaremos la información más reciente correspondiente a la situación económica y financiera que atravesamos actualmente.
Las cuentas económicas del primer trimestre
A principios de semana, el Banco Central de Chile difundió las cifras de las cuentas económicas del país correspondientes al primer trimestre del año. Estas estadísticas son sumamente relevantes ya que nos permitieron examinar al detalle los diferentes matices que caracterizaban la economía chilena en vísperas de la pandemia.
Por una parte, el crecimiento de 3,0% del PIB confirma un pequeño respiro que superó nuestras expectativas de 2%. Como era de esperarse, este impulso fue frenado súbitamente en las últimas semanas de marzo, cuando la actividad económica regresó a los bajos niveles vistos en noviembre como consecuencia de las medidas adoptadas para contener la propagación del COVID19. Al compararlo con el año anterior, la actividad del primer trimestre solamente subió un 0,5 por ciento quedando por debajo de los niveles que se alcanzaron a mediados del año pasado antes de las protestas.
Los principales factores que propulsaron el alza durante este periodo fueron la recuperación en el consumo de bienes y servicios, el gasto público, y la caída en los volúmenes de importación de mercancías. El crecimiento en estas categorías es bienvenido, pero hay que reconocer que el impulso fue limitado incluso cuando descontamos el impacto de la pandemia en el mes de marzo. El brinco en el consumo de hogares reflejó la breve reanudación en la actividad comercial. Sin embargo, éste solo recuperó 52% de lo caído en el trimestre anterior. De mismo modo, la subida de 7,6% en el consumo del sector público no fue suficiente para rebasar la previa disminución de 9,5%.
Los volúmenes de importación se vieron afectados principalmente por la subida en precios internacionales a raíz de la depreciación en el tipo de cambio y la consecuente subida en el costo de productos extranjeros. Aunque la caída de 3,4% en la inversión de capital fue la principal responsable de contener crecimiento en este trimestre, la disminución estuvo concentrada en el segmento correspondiente a maquinaria y equipos, el cual cayó 11,7%. En cambio, la inversión en construcción y obras se mantuvo a flote aumentando 1,3% en estos 3 meses, lo que significó un crecimiento de 5,0% año sobre año.
Viendo hacia adelante, las industrias que esperamos sean mayormente afectadas por la pandemia como consecuencia de los confinamientos y el distanciamiento social son el transporte, los hoteles y restaurantes, la industria automotriz, el comercio, y la industria petrolera. Preparándonos para analizar los próximos meses, lo más importante será seguir los impactos específicos que la pandemia está teniendo en cada uno de estos sectores por los canales de consumo y las disrupciones en las cadenas de producción. Esto nos ayudará a determinar la capacidad que las empresas tengan para adaptarse a los nuevos ámbitos ya que, aunque el impacto industrial podría ser transitorio en ciertos casos, habrá consecuencias duraderas a medida que los impactos al ingreso sean prolongados, la población adopte patrones de consumo más selectos, y la demanda global siga deprimida.
En el primer trimestre los sectores que se beneficiaron notablemente de la breve alza en actividad fueron los servicios personales (11,0%), la industria manufacturera de químicos, cauchos y plásticos (5,8%), la producción de alimentos (4,6%), la fabricación de productos metálicos, maquinaria y equipos (3,8%) y la minería (2,7%). Entre los sectores a los que peor les fue encontramos la refinación de petróleo (-19%), las bebidas y el tabaco (-4,1%), la pesca (-3,2%) y la industria manufacturera de minerales no metálicos y metálica básica (-2,0%).
Los últimos datos sobre el impacto de la pandemia sobre los trabajadores, y los sectores empresariales y financieros
Además de las cuentas nacionales, esta semana se dieron a conocer varios reportes sobre el impacto de la pandemia sobre los trabajadores y los sectores empresariales y financieros. El último dato del estudio Longitudinal Empleo-Covid19 viene rezagado por un mes pero ya cifra el desempleo en 9% y en grupos de menores ingresos supera el 11%. A nivel sector, la mayor tasa de cesantía está en el sector construcción, con 16,1%. Datos provenientes del balance de la Ley de Protección al Empleo muestran que 459 mil trabajadores se han acogido a la suspensión de contratos y destaca el impacto al comercio (24,3%), el alojamiento y los servicios de comidas (21,7%) y la construcción (14,8). Este golpe ha sido mayormente sentido por las pequeñas empresas ya que aproximadamente 76% de las empresas tiene entre 1 y 10 trabajadores. En este contexto, la CEPAL advirtió que la pobreza en Chile podría incrementar por impacto de la crisis económica y sanitaria del Covid-19. La población está recurriendo a sus ahorros para aguantar la mala racha, lo que se evidenció con el reporte de traspasos en multifondos casi el doble del récord previo de noviembre 2019 durante marzo de 2020. En el mismo mes, prácticamente se duplicó el retiro de APV, llegando a una cifra promedio de $861.429.
Ha habido varios acontecimientos en cuanto al financiamiento requerido para prevenir la exacerbación de la crisis. El Banco Central de Chile solicitó al FMI línea de crédito por US$ 23.800 millones, con el objetivo de aumentar la liquidez de acceso inmediato. La Comisión para el Mercado Financiero entregó el primer balance de créditos Fogape COVID-19 y, en primera licitación, entre bancos y cooperativas de ahorro y crédito, se adjudicaron derechos de garantía por UF 30.000.000. El sector bancario sigue bajo presión y el número de personas morosas registra mayor alza en abril desde el estallido social de octubre de 2019, registrándose 120 mil nuevos casos. El número de deudores morosos subió 2,5% versus el mes anterior, a 4.935.000 personas. Según el Banco Central, el otorgamiento de créditos de consumo sufrió la primera caída desde crisis subprime ya que los préstamos de consumo retrocedieron por primera vez desde 2009, marcando una caída de 0,7% año contra año en términos nominales.
Craig Alexander is the first Chief Economist at Deloitte Canada. He has over twenty years of experience in the private sector as a senior executive and leading economist in applied economics and forecasting. He performed macroeconomic research, regional and sector analysis, and fiscal market forecasting and modelling. Craig is a passionate public speaker and holds a graduate degree in Economics from the University of Toronto.
Sebastian es economista y trabaja en la práctica de Asesoría Económica en Deloitte Canada, cubre principalmente los desarrollos macroeconómicos y tiene experiencia previa realizando investigaciones en el campo de la economía y las finanzas internacionales. Sus habilidades técnicas incluyen análisis cuantitativos complejos, econometría avanzada, aprendizaje automático y programación de computadoras. Periódicamente, monitorea de cerca los desarrollos clave en los mercados financieros mundiales, las ofertas públicas, las fusiones y adquisiciones, los precios de las divisas y los productos básicos, la política monetaria, la deuda y las cuestiones fiscales.