Posted: 28 Aug. 2020

Datos de empleo en Chile confirman la profundidad de la crisis; anuncios importantes de las autoridades monetarias en EE.UU.

Los últimos datos de empleo difundidos esta mañana por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) confirmaron que la tasa de desempleo correspondiente al trimestre mayo-julio de 2020 se ubicó en 13,1%. Esto significó una pronunciada subida de 5,6 puntos en comparación con el mismo periodo el año anterior. De todos los reportes que consideramos para el pronóstico, éste es el más importante para cuantificar el daño que las medidas de confinamiento sobre la economía chilena ya que cubre el periodo más severo.

Aunque el estimado pareciera ser menos maligno que lo que se había contemplado hacia los inicios de la pandemia, los matices revelados sobre los individuos capturados en esta estadística confirman que la realidad actual es considerablemente más adversa. Específicamente, nos encontramos en una situación tan inusual que tenemos que recurrir a varios factores de análisis adicionales para inferir la verdadera salud de las tendencias laborales.

En total, el número de desocupados aumentó 46,4% lo que fue resultado principalmente de un alza en los cesantes de 58,6%. Según el reporte del INE, los ocupados ausentes representaron el 18,9% del total de ocupados y crecieron 132,6% en doce meses lo que fue equivalente a 763.914 personas. Esta cifra es importante porque los trabajadores acogidos a la Ley de Protección al Empleo se capturan en esta categoría. Por otro lado, aunque el número de ocupados cayó 20,6% en la medida interanual, las reducciones en 15,6% de la fuerza de trabajo lograron enmascarar el impacto de este efecto sobre la tasa de desempleo. Recordemos que hay que ser contado como participante en la fuerza de trabajo para ser considerado como desempleado. La población fuera de la fuerza de trabajo se expandió 31,8% influida por personas que en su mayoría no estaban buscando un empleo, pero estaban disponibles para trabajar.

El análisis por sectores demuestra lo que habíamos anticipado, que el descenso fue resultado del grave golpe sobre la actividad de comercio (-24,9%), construcción (-34,8%) y alojamiento y servicio de comidas (-49,5%) donde perdieron la gran mayoría de los empleos. No obstante, hubo los incrementos importantes en actividades financieras y de seguros (8,9%), suministro de agua (12,9%) y servicios administrativos y de apoyo (2,0%) son testigo de la heterogeneidad de la crisis.

Otro ángulo importante que hay que considerar es el de las horas trabajadas. Se registró un descenso de casi 33% en 12 meses en el volumen de trabajo medido a través del número total de horas efectivas trabajadas por los ocupados con el promedio de horas trabajadas cayendo 14,7% posicionándose en 32,1 horas. Esto se explica porque gran parte de la reducción de los ocupados fue incidida por quienes trabajaron jornada completa o más que 46 horas que vieron caídas de 20,9% y 34,7%, respectivamente. No solo nos encontramos en una situación con menos personas trabajando, sino que además la hora promedio trabajada por individuo es menor. Esto ilustra el calibre del desafío al que nos confrontamos cuando empezamos a pensar en la etapa de recuperación.

En noticias internacionales, aprovechamos para destacar la importancia del reciente discurso de Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Él dio a conocer que el comité conocido como FOMC se compromete a lograr una inflación promedio del 2 por ciento a lo largo del tiempo lo que les permitiría dejar que la inflación sea moderadamente superior al 2 por ciento durante algún tiempo mayor al anticipado. La lógica es que esto ayudaría a contrarrestar el efecto de los largos períodos en los que la inflación habría estado persistentemente por debajo del 2 por ciento.

Este mensaje es muy importante porque reafirma que la política monetaria en EE.UU. se mantendría en modo expansivo durante un tiempo más extenso lo que permitirá que la recuperación económica más sólida en EE. UU. antes de devolver las tasas de interés a niveles más normales. La reacción del mercado financiero fue que los rendimientos de los bonos aumentaron para reflejar una prima de riesgo de inflación más alta y las acciones avanzaron ante las expectativas de tasas de interés bajas a más largo plazo. Este cambio podría ser beneficioso para los bancos centrales de todo el mundo incluyendo Chile ya que favorecería un escenario donde hay políticas acomodativas sincronizadas por un tiempo más largo de lo previsto.

Insights Económicos


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Autores destacados

Craig Alexander

Craig Alexander

Assets and Economics Advisory

Craig Alexander is the first Chief Economist at Deloitte Canada. He has over twenty years of experience in the private sector as a senior executive and leading economist in applied economics and forecasting. He performed macroeconomic research, regional and sector analysis, and fiscal market forecasting and modelling. Craig is a passionate public speaker and holds a graduate degree in Economics from the University of Toronto.

Sebastian Herrador-Guzman

Sebastian Herrador-Guzman

Senior Consultant Economic Advisory

Sebastian es economista y trabaja en la práctica de Asesoría Económica en Deloitte Canada, cubre principalmente los desarrollos macroeconómicos y tiene experiencia previa realizando investigaciones en el campo de la economía y las finanzas internacionales. Sus habilidades técnicas incluyen análisis cuantitativos complejos, econometría avanzada, aprendizaje automático y programación de computadoras. Periódicamente, monitorea de cerca los desarrollos clave en los mercados financieros mundiales, las ofertas públicas, las fusiones y adquisiciones, los precios de las divisas y los productos básicos, la política monetaria, la deuda y las cuestiones fiscales.