Indicadores y pruebas de Deterioro de Activos

Las últimas estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) prevén un crecimiento positivo para Sudamérica, aunque menor al del año pasado. En el caso de Chile, el FMI estima un crecimiento de alrededor del 3.8% (2.7% real del 2017). Si bien este crecimiento es positivo para la región existen factores de riesgo e incertidumbre que podrían alterar las expectativas de crecimiento, con mayor incidencia en ciertos sectores de la economía local. Es así como una mayor incertidumbre provocada por un eventual conflicto de aranceles entre las dos principales economías globales, China y los Estados Unidos ha generado una mayor incidencia en la caída del precio del dólar y en los precios de commodities, afectando directamente al precio del cobre durante el presente año, lo anterior ocasionaría impactos diferenciados en compañías con operaciones locales este 2018.

Esta volatilidad e incertidumbre genera una mayor percepción de riesgo en la expectativa de los negocios, de manera que los ejecutivos y directores de empresas se ven enfrentados a considerar mayores escenarios de evaluación para el desarrollo de las estrategias de corto y largo plazo de las Compañías. Las preguntas clave que surgen en este proceso son: ¿Qué activos del negocio se ven más afectados? ¿Cuál es el nivel de retorno esperado? ¿Esta incertidumbre puede generar algún efecto disruptivo en el negocio que afecte la estrategia de largo plazo de la Compañía? ¿Cómo debería afectar a la operación de los activos?

Estas interrogantes generan un desafío y oportunidad dentro de las organizaciones para generar información útil, que implica una mejora en la calidad de bases de información y el desarrollo de análisis financieros más robustos y flexibles para la toma de decisiones. Del mismo modo y en un contexto de volatilidad, la traducción de estos riesgos de negocios a indicadores de deterioro de activos permite en un lenguaje simple y directo una evaluación temprana y el monitoreo del retorno de activos (activos operativos, intangibles, inversiones) otorgándole al análisis de deterioro un nivel elevado a la estrategia de negocios como factor de clave en reorganización del modelo de negocios.

Modelos de monitoreo y de pruebas de deterioro

Un modelo de monitoreo de indicadores de deterioro y de generación de alertas tempranas sobre potenciales caídas en el retorno y valor de los activos en negocios en operación y proyectos en curso, es clave para la toma de decisiones oportuna y mejorar la gestión y entendimiento de potenciales impactos económicos.

Dicho modelo debiese considerar un análisis de las variables clave del negocio y sus fluctuaciones, además de una cuantificación del impacto de sus variaciones en el valor del activo, con el objetivo de identificar anticipadamente si existe o no riesgos de deterioro.

Consideraciones claves

Las principales consideraciones que recomendamos tener presentes, y preguntas a realizarse durante este año 2018:

1. ¿Cómo damos seguimiento, Ejecutivos y Directores, a los precios pagados por sus inversiones?

2. ¿Existe un proceso de control interno robusto para generar alertas tempranas, que nos permita monitorear continuamente el valor de nuestras inversiones?

3. ¿Existen políticas y procedimientos establecidos para revisar la evolución de los planes de negocio?

4. ¿Tenemos conocimiento sobre qué activos están más expuestos a deterioro? ¿Es este conocimiento de fácil comunicación y acceso para los principales stakeholders que deben tomar decisiones en base a esta información?

5. ¿Qué señales debe considerar un ejecutivo a la hora de evaluar si algunos activos presentan indicios de deterioro?

6. ¿Cuándo corresponde hacer una evaluación formal de indicios de deterioro?

7. ¿Cómo responder ante la presencia de  indicios de deterioro?