Cómo las vulnerabilidades cibernéticas y las eficiencias operativas están cambiando la "próxima normalidad”

Lo que ha hecho que la interrupción de COVID-19 sea tan profunda es que pocas organizaciones, si es que las hay, tuvieron en cuenta una pandemia global en su planificación de continuidad comercial. Y, a diferencia de los eventos típicos en los que se basan la mayoría de los planes de continuidad del negocio (ataques cibernéticos, desastres naturales, interrupciones de la cadena de suministro, etc.), la crisis COVID-19 no tendrá un final limpio, donde todo volverá a la normalidad.

COVID-19 ya está causando cambios profundos y permanentes en las estrategias en torno a las personas, los procesos y las tecnologías, lo que significará en un corto plazo ser una organización altamente resistente. En pocas palabras, sin darnos cuenta llegó el día en el que todos tuvieron la necesidad de aprender a trabajar desde sus casas.

Cómo y dónde trabajamos será uno de los cambios más pronunciados de la pandemia de COVID-19, ya que muchas empresas experimentan los beneficios de ahorro de costos y productividad de una fuerza de trabajo remota. La mayor confianza que esto requiere entre empleadores y colaboradores será un resultado positivo de esta experiencia, y la flexibilidad se convertirá en la nueva norma, tanto desde la perspectiva del empleador como del colaborador. Los primeros comentarios de todo el mundo muestran que esto les sienta bastante bien a la fuerza laboral más joven, que tienden a valorar mucho la flexibilidad y el equilibrio entre la vida laboral y personal. COVID-19 en realidad está acelerando la presencia de un sistema de valores en la corriente principal del negocio.

En este informe de ciberseguridad y fuerza de trabajo remoto preparado por Deloitte Chile, podrás revisar cómo las vulnerabilidades cibernéticas y las eficiencias operativas están cambiando la "próxima normalidad” de las organizaciones.

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