Análisis

Avances normativa Basilea III en Chile

Durante los últimos meses se han producido avances importantes en la normativa de implementación de Basilea III en el mercado local. En orden de importancia, estos son:

A. Normativa activos ponderados por riesgo de crédito

A fines de enero, la CMF puso en consulta la normativa que establece la metodología para la determinación de los activos ponderados por riesgo de crédito en la banca.

Esta normativa es una de las más sensibles y esperadas por el sector bancario, toda vez que establece nuevos cargos de capital sobre el principal activo de la industria (los créditos), los que hasta ahora –basado en Basilea I- consideran ponderadores de riesgo por sobre los recomendados por Basilea III, lo cual constituye para los bancos una oportunidad de mitigación de los mayores cargos de capital derivados del tránsito desde Basilea I a Basilea III (ejemplos: riesgo operacional y de mercado, colchón de conservación, Pilar 2, etc.).

Pero la normativa en consulta, en general, no satisfizo las expectativas de los bancos, dado que en ella se incluyen procedimientos para algunos activos que difieren del tratamiento que para los mismos recomienda Basilea III.

En tal sentido, las principales diferencias son las que siguen:

  1. Créditos de consumo. La norma propone un ponderador de riesgo de 75% (igual que Basilea III), pero para acceder a ello impone el cumplimiento de dos condiciones: (i) que el deudor exhiba una razón deuda sobre ingreso mensual (RDI) ≤ 6 veces, y (ii) que el deudor exhiba una carga financiera sobre su ingreso mensual (RCI) ≤ 25%. Estos límites se extienden hasta 70 veces y 50%, para el RDI y el RCI, respectivamente, en caso que el deudor mantenga deuda por un crédito hipotecario. El no cumplimiento de alguna de estas condiciones supone un ponderador de riesgo de 100%.
  2. Créditos hipotecarios de vivienda. La norma propone, al igual que Basilea III, un ponderador de riesgo diferenciado según la relación entre la deuda y el valor de la vivienda (LTV). En los 3 primeros tramos (LTV ≤ 50%; 50%<LTV≤60%; y 60%<LTV≤80%), la norma se apega a Basilea III, con ponderadores de riesgo de 20%, 25% y 30%, respectivamente. En cambio, para los 2 tramos que siguen (80%< LTV≤90% y 90%<LTV≤100%), la norma es más exigente que Basilea III, con ponderadores de 50% (Basilea propone 40%) y 70% (Basilea propone 50%), respectivamente. Finalmente, para el último tramo (LTV>100%) la norma local mantiene en 70%, al igual que propone Basilea III.
  3. Créditos pyme. La norma propuesta establece un ponderador de 90% para este tipo de exposiciones, en tanto que Basilea III propone un 75% para el mismo concepto.
  4. Modelos internos. Para el caso de las metodologías internas los bancos solo podrán solicitar autorización para el uso del enfoque fundacional, no el avanzado. Es decir, sólo se permitirá la estimación de la PD. La CMF proveerá el resto de los parámetros de riesgo y los piso para la PD (parameter floors). Adicionalmente, se establece un piso de 80% de los APR totales bajo el método estandarizado (crédito, mercado y operacional) para los APR bajo modelos internos (crédito y mercado más el estándar operacional). Basilea propone 72,5% para el mismo propósito.

Más allá de las justificaciones que pueden estar detrás de estas definiciones locales, llama en particular la atención el elevado ponderador propuesto para la cartera pyme, toda vez que menores ponderadores de riesgo para este segmento son un incentivo adecuado para que los bancos desarrollen metodologías de concesión y gestión de riesgos más sofisticadas que las actuales y, de paso, diversifiquen su cartera de préstamos.

B. Normativa sobre Pilar 2

A mediados de mayo recién pasado, la CMF puso en consulta la normativa asociada a la implementación del Pilar 2. Este componente de Basilea III introduce una nueva facultad para el regulador: adicionar cargos patrimoniales cuando identifique, como resultado del proceso de supervisión, riesgos no suficientemente cubiertos por las exigencias ordinarias de capital requerido a los bancos (Pilar 1).

El tratamiento y aplicación del Pilar 2, a diferencia del Pilar 1, tiene un carácter eminentemente prospectivo y discrecional. Las fórmulas de cálculo son reemplazadas por el juicio experto. Si bien las recomendaciones de Basilea no establecen un límite para este tipo de requerimiento extraordinario de capital, en Chile estableció un límite de 4 por ciento respecto de los activos ponderados por riesgo. Sin perjuicio de este límite, la facultad que otorga el Pilar 2 sigue siendo significativa, ya que es equivalente al 50% de la exigencia mínima de capital regulatorio.

¿Qué tipo de riesgos podrían activar estas exigencias de capital bajo Pilar 2?

Se trata de riesgos simplemente no cubiertos por las exigencias normales de capital del Pilar 1. Entre ellos se pueden contar por ejemplo deficiencias en la gestión de ciertos riesgos por parte de los bancos, concentraciones excesivas de crédito en ciertos sectores de actividad económica, riesgos reputacionales que puedan afectar el normal funcionamiento de una entidad, etc.

De acuerdo a la norma recientemente publicada en consulta por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), la aplicación en Chile, más allá de las formalidades y modalidades que establece la norma, sugiere tres elementos centrales para la determinación de posibles exigencias de capital bajo Pilar 2:

• La autoevaluación de los propios bancos,
• El resultado de la calificación de la calidad de gestión de los riesgos por parte de la CMF, y
• Las pruebas de tensión.

Estos tres elementos serán, en concreto, los que darán forma a un nuevo, más demandante –y ojalá más efectivo- entorno de supervisión de los bancos en Chile.

Los desafíos están a la vista. Por el lado de la autoevaluación de los bancos, el Pilar 2 hace transitar el capital desde la “tierra del complimiento” a la “tierra de la gestión y la planificación estratégica”. No bastará con cumplir los mínimos legales, sino que los bancos deberán establecer sus propias metodologías e instancias de gestión del capital.

Por el lado de la calificación de la calidad de gestión de los riesgos, el sistema de calificación ya está en funcionamiento desde hace 20 años, pero la introducción de Piar 2 faculta por primera vez a los reguladores a establecer cargos de capital que se deriven de dicha calificación. Hasta ahora, el sistema de calificación realizada por la CMF no tenía dientes. Ahora los tiene.

En relación a las pruebas de tensión (stress testing), es donde probablemente hay menos camino recorrido y en donde, por lo mismo, tanto los bancos como los reguladores deberán transitar un camino de convergencia hacia metodologías robustas y con resultados consistentes, de modo de no cometer los errores por lo que han atravesado economías más desarrolladas, en donde estas metodologías han estado más al servicio de lo que la propia autoridad europea ha calificado de “concurso de belleza”, en lugar de una herramienta efectiva de medición de adecuación de capital frente a posibles escenarios adversos.

C. Normativa sobre composición del capital y apalancamiento

A principios de abril, la CMF puso en consulta dos normativas importantes. La primera, relativa a los requisitos y condiciones aplicables a la emisión de instrumentos híbridos de capital, para dar cumplimiento a los límites establecidos en la LGB, en concordancia con el estándar de Basilea III.

En lo que respecta a los bonos subordinados, la CMF aclaró que los requisitos para que sean computados en el capital nivel 2, quedarán reflejados en nuevo Capítulo normativo de la RAN, el 21-3, el cual reemplaza al actual Capítulo 9-6. Este nuevo Capítulo complementa los requerimientos actuales para que sean acordes a lo establecido en Basilea III, e introduce nuevos requisitos asociados al mecanismo de absorción de pérdidas por conversión en acciones. Los bonos subordinados actualmente en circulación deberán evaluar si cumplen con lo establecido en el nuevo Capítulo, y en caso de que no sea así, dejarán de computar gradualmente en el patrimonio efectivo, en un periodo de 10 años.

La segunda norma en consulta se refiere a la relación de apalancamiento (activos totales sobre capital) recomendada por Basilea III.

Si bien la regulación local de apalancamiento se adelantó más de una década a la impulsada por el Comité de Basilea, la norma en consulta introduce perfeccionamientos orientados a adecuar la exigencia prudencial a los otros cambios en curso requeridos para la implementación de Basilea III en Chile. La norma introduce perfeccionamientos tanto en la medición del capital básico (numerador) como de los activos totales del banco (denominador). En el numerador se hacen deducciones de partidas que no cuentan con la capacidad efectiva de absorber pérdidas no esperadas (en línea con el Capítulo 21-1). Para el denominador se considera un espectro más amplio de exposiciones, dándoles un tratamiento consistente con lo dispuesto en el Capítulo 21-6 (sobre la determinación de los activos ponderados por riesgo de crédito).
 

D. Postergación en la aplicación de Basilea III

Siguiendo las recomendaciones del Comité de Basilea, el 30 de marzo las autoridades locales (CMF en coordinación con el Banco Central) anunciaron la postergación en un año de las exigencias de Basilea III y, de este modo, mantener el marco normativo general vigente para los requerimientos de capital de la banca hasta diciembre de 2021.

En todo caso, la CMF también anunció que:

• Se mantiene el calendario original para la emisión de la normativa que fija la metodología estándar para el cálculo de los riesgos de crédito, mercado y operacional, que entrará a regir a más tardar el 1 de diciembre de 2020. Dicha normativa considerará, entre sus disposiciones transitorias, que los activos ponderados por riesgo de mercado y operacional serán iguales a 0 hasta el 1 de diciembre de 2021, y que los activos ponderados por riesgo de crédito se calcularán considerando los actuales ponderadores asociados a las mismas cinco categorías actualmente vigentes. Con esto el cálculo de los APR se mantendrá sin cambios por un año adicional.

• La primera determinación del cargo de capital básico adicional para bancos de importancia sistémica, se efectuará en marzo de 2021, fijando en 0% dicho cargo, pudiendo aumentar gradualmente en los años siguientes.

• Los descuentos al patrimonio efectivo, para efectos del cálculo de las exigencias del artículo 66 de la LGB, se extenderán a un plazo de 5 años, sin descuentos en 2021 y con aumentos progresivos en los siguientes años, hasta alcanzar el 100% el 1 de diciembre de 2025.

• El requerimiento de capital básico adicional asociado al colchón de conservación de capital (artículo 66bis de la LGB) se implementará conforme al marco legal vigente (artículo segundo transitorio de la ley N° 21.130), por lo que será igual a 0,625% el 1 de diciembre de 2021 y aumentará en la misma proporción los años siguientes, hasta llegar a su valor en régimen de 2,5% el 1 de diciembre de 2024.

• La norma de Pilar II estará en vigencia el cuarto trimestre de 2020, lo que ampliará las facultades de la Comisión para establecer cargos adicionales de capital sobre entidades específicas, en caso de que así lo ameriten sus condiciones particulares.

• Los nuevos requisitos de divulgación asociados al pilar 3 de Basilea III entrarán en vigencia en forma posterior al 1 de diciembre de 2022.

• Los cargos asociados al artículo 35 bis derogado de la LGB se mantendrán vigentes, en concordancia con el artículo séptimo transitorio de la precitada ley 21.130.

Finalmente, la CMF ha resuelto extender los plazos para las consultas públicas y posterior dictación de las normativas para la implementación de Basilea III. Una vez finalizada las respectivas consultas, se procederá a la dictación de la normativa definitiva durante el último trimestre de 2020.

 

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