(Criptomoneda) Libra ≈ alarma de reloj despertador para los reguladores

Tras la divulgación del whitepaper de Libra (en junio pasado), la criptomoneda de Facebook respaldada por una larga lista de instituciones financieras y compañías de tecnologías, se ha generado un intenso debate que incluye a legisladores, reguladores y bancos centrales.

Si bien, al igual que otras criptomonedas (como Bitcoin o Ethereum), su tecnología está basada en blockchain (en principio con permisos), se diferenciaría de estas por dos elementos centrales: (i) plantea contar con respaldo de una reserva de activos tradicionales, como depósitos bancarios y títulos de gobierno, haciéndose cargo de la alta volatilidad que han mostrado los criptoactivos en su cotización; y (ii) contaría con un gobierno corporativo de carácter independiente y conformada en un principio por sus miembros fundadores, dentro de las que destacan reconocidas empresas de pagos y tecnológicas como Visa, Mastercard, Paypal, Uber, ebay, Spotify, entre otras.

Asimismo, descansaría en un nuevo lenguaje de programación (denominado Move), que trabajaría con una lógica de transacciones personalizadas y contratos inteligentes, mientras que para facilitar el acuerdo entre todos los nodos de validación adoptaría un enfoque denominado BFT (Byzantine Fault Tolerance), que disminuiría los costos de transacción asociados, en un ambiente de mayor seguridad de la información dado que el almacenaje de las transacciones se realizaría en árboles de Merkle (estructura adicional de blockchain que permitiría detectar cualquier cambio en los datos existentes).

Entre las múltiples reacciones, los reguladores han destacado las amenazas y riesgos que esto podría implicar para la estabilidad financiera global. De hecho, en la pasada reunión en el Bank for International Settlements (BIS), Benoit Coeuré (Presidente del Comité de Pagos e Infraestructuras de Mercado del BIS), mencionó que como toda nueva tecnología no estaba suficientemente testeada, especialmente en lo relativo a la escala requerida para el normal funcionamiento del sistema de pagos global, advirtiendo de los riesgos que tendría para las políticas monetarias y financieras, por lo cual las barreras regulatorias posiblemente serían bastante altas.

Desde una visión más neutral, Ryozo Himino, Viceministro de Asuntos Internacionales de la Agencia de Servicios Financieros de Japón, en su discurso de apertura de una mesa de trabajo sobre Perspectivas Supervisoras para los criptoactivos, menciona que Libra representa una alarma de reloj despertador para las autoridades, quienes deben abrir los ojos y enfrentar los desafíos asociados.

El autor menciona que Libra podría imponer una nueva forma de supervisión consolidada. Esto, dado que el ecosistema propuesto tendría efectos significativos tanto en la banca, como en los sistemas de pagos y monetarios, que hoy están distribuidos en el mundo bajo distintos perímetros regulatorios, no existiendo una única entidad responsable de todas estas actividades en su conjunto. Así, reguladores que quieran efectivamente supervisar este tipo de estructuras debieran hacerlo desde un prisma distinto a como lo hacen hoy en día. Concluye que los bancos, el dinero, y los reguladores, deberán enfrentar transformaciones mayores en un futuro cercano, lo que inevitablemente traerá disrupciones. Dado que estos son los tres pilares fundamentales de nuestro actual sistema económico, será necesario llevar un control adecuado de este proceso de transformación para no generar un desorden de proporciones.