Estudio Gobierno Corporativo 2018

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Tendencias sobre Gobierno Corporativo 2018: claves de éxito

La gestión de la reputación como necesidad organizacional

La reputación corporativa es uno de los desafíos más importantes de las organizaciones. La estrategia y tolerancia al riesgo, la sucesión del CEO y la digitalización son los tres factores que más impactan en la reputación.

En el estudio Director's Alert 2018 se analizan las últimas tendencias sobre Gobierno Corporativo.

La reputación corporativa constituye uno de los factores más importantes y desafiantes a los que se enfrentan los consejos de administración. La velocidad a la que avanza el entorno digital impacta directamente en las empresas, que ven peligrar su reputación ante nuevos riesgos cada vez más amenazantes.

Esta situación de incertidumbre está provocando que los equipos directivos y consejos de administración estén probando nuevas fórmulas para identificar y gestionar nuevas fuentes que puedan suponer un riesgo para la reputación de sus compañías. Pero también es necesario que desde la dirección se ponga en valor este activo, uno de los más importantes y que incide directamente en la cuenta de resultados.

El informe Director´s Alert 2018 sobre Gobierno Corporativo se centra en tres áreas críticas que pueden afectar al control de la reputación: la estrategia y tolerancia al riesgo, la sucesión del CEO como impacto en la cultura organizacional y la innovación digital.

Director's Alert 2018

Fortalecer la relación entre estrategia y tolerancia al riesgo

A pesar de que los datos de riesgo de las organizaciones hayan mejorado a nivel global, los riesgos y desafías continúan multiplicándose y evolucionando, por lo que la gerencia debe tener en mente el cumplimiento de las estrategias con el fin de cumplir los objetivos de la organización.

Una forma en la que los consejos de administración están mejorando sus políticas de control de riesgos es controlando cuál es el umbral de riesgo de sus estrategias.

Los directores comienzan a darse cuenta de la estrecha relación entre la tolerancia al riesgo y los objetivos de la organización. Por este motivo se vinculan ambos factores, permitiendo ayudar a los directivos y al consejo de administración a reconocer los riesgos y oportunidades que enfrenta la organización al perseguir su estrategia.

La gestión de riesgos y las decisiones estratégicas tienen un profundo y directo impacto en la reputación corporativa. Cuando el consejo confía en que los riesgos están bien administrados y que además van en línea con la estrategia empresarial, es reflejo de que la reputación se encuentra bien protegida.

En un contexto donde es esencial la toma de riesgos para crear valor, el control de la estrategia y la tolerancia al riesgo deben situarse en el corazón de las responsabilidades del consejo de administración. 

La sucesión del CEO y el impacto en la cultura organizacional

Cuando la cultura organizacional se debilita, puede ser signo de la necesidad de un cambio de liderazgo: la compañía puede necesitar de un nuevo CEO. Para estar preparado para la transición del CEO, ya sea repentina o planificada, se requiere que el consejo de administración comprenda y analice cuáles son las necesidades de la organización a nivel corporativo.

La elección del nuevo CEO debe convertirse en una nueva oportunidad para trabajar en la creación de una cultura organizacional sólida que permita preservar y mejorar la reputación de la compañía.  El CEO, quien determina cómo se desarrolla la cultura en la organización, debe tener una amplia experiencia en la industria y conocer de primera mano los valores corporativos. El fin no es otro que evitar que, ante cualquier impacto de reputación negativo, los pilares corporativos permanezcan intactos. 

Mantener el ritmo de la digitalización

La organización debe estar al día en un mundo cada vez más digitalizado e hiperconectado. La innovación digital también tiene su impacto en la cultura organizacional y, por tanto, es un factor que puede afectar a la reputación.

Muchas organizaciones siguen ancladas en herramientas y métodos poco innovadores que no se adaptan al entorno digital. Ante el crecimiento de tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial y la descentralización de procesos, la junta directiva tiene que ser capaz de afrontar este nuevo escenario digital.