¿Qué es una empresa social?

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¿Qué es una empresa social?

La creciente importancia del capital social

Cada vez más, las organizaciones son juzgadas por su relación con sus empleados, clientes, comunidades y la sociedad en su conjunto, convirtiéndolas en empresas sociales y no meramente empresariales.

Una empresa social es una organización cuya misión combina el incremento de los ingresos y los beneficios con la necesidad de respetar y apoyar a su entorno y a sus stakeholders. Esto implica escuchar, invertir y gestionar activamente las tendencias que están remodelando el mundo empresarial. Hablamos de una organización que asume su responsabilidad de ser un “buen ciudadano”, tanto interna como externamente, sirviendo como modelo para sus análogos e impulsando un alto grado de colaboración a todos los niveles.

Las organizaciones ya no son evaluadas, únicamente, por métricas tradicionales como pueden ser su rendimiento financiero o la calidad de sus productos o servicios. En cambio, cada vez más son juzgadas por su relación con sus empleados, clientes, comunidades y la sociedad en su conjunto, convirtiéndolas en empresas sociales y no meramente empresariales.

Así se desprende del informe de Deloitte "Tendencias de Capital Humano 2018", en el que se refleja la creciente importancia del capital social para configurar el próposito de una organización, guiar sus relaciones con las partes interesadas e influir en su éxito o fracaso final.

¿Cómo surge el concepto de empresa social?

Entre los diferentes factores que han contribuido al auge de la empresa social, destacamos tres variables determinantes:

1. El poder individual está creciendo, liderado por los millennials. Este segmento demográfico ya conforma la mayoría de la fuerza laboral en muchos países y su poder e influencia seguirá creciendo con el tiempo. El empoderamiento individual ha sido catalizado por la actual hiperconexión del mundo, la cual permite a los usuarios seguir, casi en tiempo real, noticias sobre empresas y sus productos, expresar opiniones, con calado en una audiencia cada vez mayor, y sumarse a movimiento sociales.

Según la Encuesta Millennials 2018, se aprecia un cambio negativo en la opinión de esta joven generación sobre los compromisos y la ética empresarial que, a su entender, las empresas deberían tener. Según datos del informe, el 70% de los millennials piensa que la organización donde trabaja se preocupa exclusivamente de los resultados financieros y no del impacto social que tiene.  

2. Las personas confían más en las empresas que en los gobiernos para llenar un vacío de liderazgo cada vez mayor en la sociedad. La percepción de que los sistemas políticos están cada vez más polarizados y son menos efectivos haciendo frente a los retos sociales actuales sigue extendiéndose. La sociedad apunta a las organizaciones para llenar un vacío en asuntos críticos como la desigualdad de ingresos, la sanidad, la diversidad y la seguridad de la información, con el fin de hacer el mundo más equitativo y justo.

Esta confianza está poniendo una gran presión sobre las empresas pero también está creando nuevas oportunidades. Las organizaciones que se comprometan con las personas y demuestren ser de confianza potenciarán su reputación, ganando aliados e influenciando los mecanismos tradicionales de política pública.

3. Los cambios tecnológicos están teniendo impactos imprevistos en la sociedad, incluso cuando generan oportunidades para lograr un crecimiento sostenible e inclusivo. Los avances en inteligencia artificial están cambiando la forma de trabajar, a la vez que están generando una gran incertidumbre sobre las potenciales pérdidas de empleo. Los cambios tecnológicos, al tiempo que ofrecen la promesa de valiosas oportunidades, están produciendo impactos imprevistos que pueden socavar la cohesión social. Una vez más, muchos stakeholders esperan que las empresas sean las encargadas de canalizar esta fuerza en beneficio de la mayoría.