Halloween

Con Halloween ante portas, resulta muy atinado recordar el significado ancestral de esta festividad para la cultura anglosajona. La industria cinematográfica estadounidense nos ofrece, en muchas películas, imágenes de Halloween, con niños y adultos disfrazados de personajes que provocan miedo, pero también mucha diversión. Además de esto, se observa cómo niños disfrazados van de casa en casa, llamando a la puerta y, amenazando jocosamente a quien les abre, con la célebre frase: “trick or treat”, lo que significa que, si no reciben caramelos, molestarán al dueño de la casa con algún truco o travesura. Anticipando esto, los adultos preparan fuentes llenas de golosinas, para evitar dolores de cabeza y darles, a la vez, una alegría a los niños.

Pero no todo es celebración de niños en las calles con supervisión de sus padres. El fanatismo por vivir “la experiencia Halloween” puede dar lugar a un frenesí descontrolado. Sin necesidad de ir mucho atrás en el tiempo, el 22 de septiembre de 2024 se produjo un caos masivo en el evento “Halloween Haunt” del parque Kings Dominion, en Virginia, cuando más de 300 adolescentes se pelearon e hicieron presión para entrar a disfrutar de las atracciones relativas a este festejo. Esto nos puede dar indicio del gran deseo de “asustarse” y divertirse y por ende, de la gran predisposición a gastar dinero en estas fechas.

Pero, ¿cuáles son los inicios de esta festividad en Estados Unidos, que representa la mayor fiesta no religiosa y que mueve billones de dólares cada año?

Las raíces y la historia de Halloween son tan determinantes e influyentes para interpretar las ganancias que genera, que la revista Forbes, dedicada principalmente a las áreas de negocios, economía y finanzas, le dedica un artículo completo.