Autos preferidos por mexicanos

Perspectivas

El auto que los mexicanos prefieren comprar

A pesar de las diversas opciones de movilidad con las que en la actualidad contamos –como bicicletas, scooters, Metro y transporte público, entre otros–, el automóvil sigue siendo, aún, y sobre todo en las zonas urbanas del país, la alternativa más utilizada para trasladarse de un punto a otro.

Pero, ¿por qué las personas siguen prefiriendo esta forma de transporte? Porque, a su parecer, es una opción que les permite cubrir dos cuestiones que les resultan importantes y que les preocupan al momento de movilizarse: el tiempo y la seguridad.

En entrevista con Manuel Nieblas, Socio Líder de la Industria de Manufactura en Deloitte México.

Ciudad de México, 6 de marzo de 2019.

Por ello, al menos en el mediano plazo, comprar un automóvil seguirá siendo una actividad frecuente entre la población del país, tal y como lo refleja el Estudio Global de Consumidor Automotriz 2019, elaborado por Deloitte, y sus resultados de México, que señalan que 59% de las personas está interesada en hacer una adquisición de este tipo.

Y, en caso de hacerlo, ¿qué auto preferirían comprar? La explicación, para su mejor entendimiento, la dividiremos en tres aspectos: modelo, motorización y forma de compra.

Respecto al primero, los consumidores mexicanos están preferentemente enfocados en adquirir vehículos familiares compactos económicos, los cuales actualmente concentran la mayor parte del mercado automotriz nacional –47% de ellos considera un modelo sedán para su próximo auto, según el análisis de Deloitte–.

Sobre su motorización, precisa el estudio, la preferencia está en los modelos que funcionan a base de gasolina (49%), los cuales se ubican por encima de los híbridos (38%) y los eléctricos (8%). Sin embargo, en los últimos dos años, el interés por los autos híbridos y eléctricos ha crecido significativamente, registrando sus ventas un incremento a doble dígito.

Los consumidores han comenzado a notar algunas de las ventajas de adquirir vehículos de este tipo, como una menor emisión de contaminantes, no restricción para circular en grandes ciudades, y algunos beneficios fiscales. No obstante, la venta de estas unidades representa hoy solo 1% de la venta total de automóviles, en promedio.

Finalmente, en lo que se refiere a la forma de compra, el consumidor mexicano utiliza, principalmente, diversos esquemas de financiamiento; en general, es muy bajo el porcentaje de quienes adquieren un automóvil de contado.

En ese sentido, será fundamental poner atención a la manera en la que los bancos y las compañías financieras automotrices trabajen en desarrollar productos a que se adapten a las necesidades del consumidor actual y al tipo de vehículo que éste prefiere.

Los consumidores nacionales se inclinan por un vehículo familiar compacto económico, tipo sedán, con motor de gasolina y adquirido mediante un esquema de financiamiento.

La realidad de los vehículos conectados

La mayoría de los consumidores automotrices, de acuerdo con el Estudio Global del Consumidor Automotriz 2019, considera que a medida que sus autos estén más conectados a la red, más beneficios podrán obtener de ellos, incluyendo un mayor acceso a contenidos dentro del vehículo.

Pero el tema de la conexión de los autos no se limita solo a las funciones de internet, de hecho, otro de los aspectos que abarca esta innovación es la capacidad que podrán desarrollar los vehículos para conectarse a la infraestructura vial (V2I), comunicarse entre sí (V2V) y que todo ello les permita intercambiar información para evitar accidentes o identificar inconvenientes viales, como embotellamientos, semáforos descompuestos, etc.

Al final, esta conexión se convertirá en un elemento esencial para el funcionamiento de los vehículos autónomos.

Vehículos autónomos, ¿una opción factible?

La tecnología forma parte esencial de la evolución del sector automotriz y constituye una herramienta que le ha permitido alcanzar avances impensables, como la producción de vehículos autónomos, un modelo de transporte en el que los humanos dejarán de ser un factor esencial dentro de la ecuación de los sistemas de conducción.

Sin duda, se trata de un tema que interesa a los consumidores automotrices, cuya mayoría, de acuerdo con los resultados del estudio de Deloitte, considera que viajar en un vehículo autónomo sería una experiencia positiva y les permitiría tener más tiempo para enfocarse en otras actividades.

Pero no todo es atractivo, los consumidores también tienen ciertas preocupaciones respecto al uso de vehículos autónomos, siendo la seguridad una de las más importantes, así como las regulaciones y la supervisión gubernamental que deberán desarrollarse para garantizar su correcta implementación.

En la actualidad, a nivel global, los vehículos autónomos aún no son comercializados, sin embargo, algunas compañías automotrices ya se encuentran realizando pruebas de su funcionamiento en diferentes partes del mundo.

La tendencia hacia el futuro

Como señalamos en un inicio, comprar un auto es, por ahora, la tendencia predilecta entre los consumidores; no obstante, en el futuro, el concepto de propiedad perderá, poco a poco, la fuerza que hoy tiene.

En el largo plazo, comenzaremos a observar una transición hacia un modelo de movilidad compartida, no solo de vehículos, sino de otros medios de transporte; esto debido a que las necesidades de los consumidores se enfocarán principalmente en el bienestar.

Así, los nuevos usuarios tratarán, por ejemplo, de evitar recorrer largas distancias, que puedan resultarles desgastantes y, en consecuencia, buscarán opciones que se adapten de mejor manera a las nuevas rutas que frecuenten.

A pesar de ello, habrá todavía algunos a quienes comprar un vehículo les siga pareciendo atractivo, sin embargo, para hacerlo, este segmento exigirá un alto nivel de personalización por parte de los fabricantes, quienes, ante este panorama, solo tienen una opción: evolucionar o morir.

En el largo plazo, comenzaremos a observar una transición hacia un modelo de movilidad compartida, no solo de vehículos, sino de otros medios de transporte.

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