Autos eléctricos en México: la oportunidad de ‘acelerar’ a fondo

Perspectivas

Autos eléctricos en México: 

la oportunidad de ‘acelerar’ a fondo

En los últimos años, la manufactura de autos eléctricos ha cobrado mayor relevancia en todo el mundo. Para México, en particular, se proyectan valiosas oportunidades en cuanto al desarrollo de este sector. Pero, ¿cuáles son las ventajas y los desafíos que tiene nuestro país en esta competencia dentro de la industria automotriz?

En entrevista con Alberto Torrijos, Socio Líder de Industria Automotriz en Deloitte Spanish Latin America.

Los vehículos eléctricos representan una evolución importante en el mundo del transporte, así como un mercado que, en los últimos años, ha tenido un crecimiento sostenido. Desde 2019 y hasta 2022, la producción de este tipo de automóviles a nivel mundial ha aumentado más de 100%[1], convirtiéndose en una industria en continuo ascenso.

Sin embargo, en México (el séptimo mayor productor de automóviles a nivel mundial)[2], el segmento de los autos eléctricos todavía se encuentra en una fase emergente, en lo que a producción y ventas se refiere. En 2022, se vendieron 1,094,728 automóviles en México, de los cuales solo 51,065 unidades fueron híbridas (80%), eléctricas (11%) e híbridas conectables (9%); es decir, estos representan apenas 4.7% de las ventas totales de vehículos nuevos, de acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz[3].

Pero, aun cuando la producción y las ventas de este tipo de vehículos siguen siendo a escala menor, se espera que haya un crecimiento continuo en los próximos años,  principalmente gracias a la demanda del mercado estadounidense y al fenómeno del nearshoring (relocalización de las fábricas de producción para acercarlas al mercado de consumo), por el cual nuestro país puede resultar altamente beneficiado.

Línea de arranque: el atractivo de nuestro país

México ofrece diversas ventajas para los fabricantes de autos. Una de las principales es la cercanía geográfica con los Estados Unidos (el segundo mayor mercado consumidor de automóviles, después de China)[4], lo que permite optimizar el funcionamiento de las cadenas de suministro y, en consecuencia, alentar las exportaciones. Otra ventaja es que contamos con mano de obra calificada y competitiva, a un menor costo que en los demás países de América del Norte. Además, debemos destacar que el país forma parte de acuerdos comerciales muy relevantes, como el Tratado entre México, los Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que facilita el intercambio de componentes automotrices.

Todo esto ha incentivado las inversiones en territorio nacional, convirtiendo a la industria automotriz en una de las mayores receptoras de capital. Como ejemplo, en 2021, este sector representó 16.7% del total de la Inversión Extranjera Directa (IED) que llegó a nuestro país, con alrededor de 5 mil 300 millones de dólares, de acuerdo con el reporte de Econosignal[5].

Ese total representó, al mismo tiempo, poco más de 40% del total de IED colocada en manufacturas y, de la inversión extranjera destinada al sector automotriz en 2021, 4 mil millones fueron para autopartes, y los mil 300 millones restantes para los Fabricantes de Equipo Original (Original Equipment Manufacturers, OEM’s), según el mismo estudio[6].

Si bien es cierto que, en los últimos años, el ritmo de la IED en el sector automotriz se vio impactado, primero, por la pandemia de COVID-19, y, luego, por las disrupciones en las cadenas de suministro, existen claros indicios de que, en fechas más recientes, y en el futuro próximo, el sector automotriz recibirá importantes montos de inversión extranjera, debido a los proyectos de relocalización de empresas manufactureras y armadoras, que se tienen en puerta para nuestro país.

En 2022,
se vendieron 1,094,728 automóviles en México,
de los cuales solo 51,065 unidades
fueron híbridas (80%), eléctricas (11%) e híbridas conectables (9%).

 

Los obstáculos para llegar a la meta

México sigue siendo un país muy dependiente de los combustibles fósiles, a pesar de la tendencia energética global que se orienta a reducir las emisiones contaminantes por dióxido de carbono (CO2), buscando la meta net zero. Esta consiste en llegar a cero emisiones de este tipo, integrando prácticas más conscientes, tanto en la industria automotriz como en otras. Lograr este objetivo es fundamental, ya que la continuidad de los negocios, pero sobre todo la preservación del planeta, dependen de un crecimiento sostenible.

La fabricación de vehículos eléctricos e híbridos también forma parte de esa carrera hacia un futuro más sostenible y, como tal, se encuentra ante varios obstáculos que debe superar para afianzarse, en nuestro país, como el nuevo paradigma de la movilidad en el futuro. ¿Cuáles son esos desafíos?

Uno de los retos principales para el crecimiento de la demanda local de vehículos híbridos y eléctricos, es la disponibilidad de estaciones de carga. Hacia 2022, solo existían 1,146 puntos de carga en el país, y la mayoría de ellos se concentraba en la zona centro[7]. Es cierto que la demanda que existe para este tipo de vehículos todavía es reducida y que su costo sigue siendo elevado para el consumidor promedio, pero, cada vez más, hemos visto que la competencia y las ventas van en aumento.

Ante esta tendencia, resulta necesario que México incremente la disponibilidad de estaciones de carga, lo cual puede lograrse solamente con un trabajo conjunto de las iniciativas pública y privada, impulsando la electrificación por medio de energías renovables, así como la adaptación y el desarrollo de nuevas soluciones tecnológicas, sin olvidar la creación de un marco legal apropiado para ellas[8].

En tiempos recientes, el sector se ha concentrado en diseñar propuestas que permitan la entrada de mayores inversiones, así como en electrificar diversos medios de transporte, más allá del automóvil privado[9]. ¿Por qué? Porque el mundo se dirige, sin duda, hacia la era de la electromovilidad.

Si bien América Latina no ha logrado dar los pasos necesarios en ese sentido ―debido a circunstancias particulares en cada uno de los países que integran la región―, es fundamental abrir el horizonte de oportunidades que la electromovilidad representa para el crecimiento y la sostenibilidad de la industria automotriz. Con ello, nos mantendremos como un país líder en este sector, al tiempo que avanzamos hacia un futuro verdaderamente sostenible.

[1] Deloitte,  Perspectiva Industrial: Industria automotriz, septiembre de 2022, pp. 50.

[2] Statista, “Ranking mundial de los 10 principales países productores del sector de la automoción según el número de vehículos fabricados en 2022”, visto el 10 de noviembre de 2023.

[3] AMIA, estadísticas de “Ventas internas de vehículos ligeros” y “Ventas de vehículos híbridos y eléctricos”, 2022.

[4] Statista, “Largest automotive markets in 2022, based on new car registrations”, visto el 3 de noviembre de 2023.

[5] Deloitte, op. cit., pp. 3.

[6] Deloitte, op. cit., pp. 25 y 29.

[7] Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), “Ventas de Vehículos Híbridos y Eléctricos, enero de 2022 a diciembre de 2022”, visto el 3 de noviembre de 2023.

[8] Torrijos, Alberto, y Alfredo Molina, “Retos hacia la movilidad del futuro”, en Cuatro Cero, 12 de septiembre de 2023.

[9] Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), “Transición a la electromovilidad en México”, visto el 8 de noviembre de 2023. 

Uno de
los retos principales para el crecimiento
de la demanda local de vehículos
híbridos
y eléctricos,
es la disponibilidad de estaciones de carga. 

 

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