Infraestructura eléctrica: un pilar más de la movilidad del futuro

Perspectivas

Infraestructura eléctrica: 

un pilar más de la movilidad del futuro

El establecimiento de puntos de carga para autos híbridos y eléctricos refleja el crecimiento del mercado de este tipo de vehículos, pero también da señales sobre la necesidad de contar con una estrategia integral que permita superar los desafíos que tiene esa industria en ascenso, a nivel país.

En entrevista con Alberto Torrijos, Socio Líder de la Industria Automotriz en Deloitte Spanish Latin America.

Ciudad de México, a 7 de noviembre de 2024.

Al mismo tiempo que va en aumento el uso de autos eléctricos alrededor del mundo, se vuelve cada vez más importante contar con todo aquello que haga posible el adecuado suministro de energía eléctrica para dichas unidades. Es decir, resulta necesario contar con la infraestructura adecuada para que los autos eléctricos no solo se muevan, sino que despunten con mayor velocidad dentro del sector automotriz.

Desde cargadores domésticos hasta plataformas de carga rápida ubicados en lugares públicos y carreteras, la infraestructura es un aspecto fundamental para la movilidad del futuro, que apuesta por la electricidad como su principal energético.

Hasta julio de 2024, se tenían contabilizadas 39 mil 257 posiciones de recarga para vehículos eléctricos en México, de acuerdo con información de la Electro Movilidad Asociación (EMA). Esta cifra representa un aumento de 23%, comparada con los registros de febrero de este mismo año.

Dicho incremento es relevante porque, al mismo tiempo, es una señal de que las ventas de vehículos híbridos o eléctricos han ido en ascenso, en nuestro país. Aunque este tipo de unidades todavía no tiene una participación muy representativa dentro del mercado nacional, lo cierto también es que su uso ha ido en aumento.

Los datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) señalan que los autos híbridos y eléctricos alcanzaron, en conjunto, una participación de apenas 5.1% (55,303 unidades vendidas entre enero y octubre de 2023) en el mercado nacional; sin embargo, de octubre de 2022 al mismo mes de 2023, tuvieron un aumento de 46.9% en sus ventas, al pasar de 4,465 a 6,558 unidades, respectivamente[1].

Además, un informe más reciente de la Asociación Mexicana de Distribuidores Automotrices (AMDA) indica que las ventas acumuladas de vehículos híbridos y eléctricos en México, a julio de 2024, tuvieron crecimiento de 80.2% comparadas con el mismo periodo de 2023. Esto significa que la participación de este tipo de unidades en la venta total de automóviles en el país pasó de 0.84% a 1.82%, en ese lapso[2].

Esta tendencia al alza resulta muy alentadora para la industria automotriz y, particularmente, para el futuro de la electromovilidad. De acuerdo con un estudio de Deloitte, la producción de VEH (vehículos eléctricos e híbridos) en México representó, en 2022, 1.6% del total de la producción mundial, y se prevé que, para 2030, se fabriquen en nuestro país un millón 983 mil vehículos de este tipo[3].

Ahora, como hemos dicho, en lo que se debe trabajar es en desarrollar la infraestructura adecuada, para soportar la demanda creciente de automóviles impulsados por energía eléctrica. ¿Cuáles son los retos hacia delante?

 

Ruta indefinida

Si bien la demanda y el uso de autos híbridos y/o eléctricos ha ido en aumento en todo el país, no en todos los estados está ocurriendo de la misma forma o en la misma proporción. Actualmente, la comercialización de estos vehículos se concentra, sobre todo, en las ciudades más grandes del país, y, si hablamos de infraestructura eléctrica, ésta se ha visto más impulsada en entidades del norte, que en el sur del país.

Dicha situación revela que, en México, no se cuenta todavía con una estrategia integral y consolidada con foco en el crecimiento y en la inversión en infraestructura eléctrica. Más bien, lo que estamos viendo son esfuerzos separados, por parte de empresas extranjeras y de la propia Comisión Federal de Electricidad (CFE), así como de asociaciones y de gobiernos estatales para establecer estaciones de carga, en diferentes localidades.

Es decir, cada organización evalúa su potencial de mercado, y, a partir de ello, hace las inversiones en lo que más le convenga y donde tiene autorización.

Al cierre de junio de 2024, se contabilizaban 36,045 conexiones privadas (viviendas, agencias o corporativos) en todo el país, mientras que solo 3 mil 212 eran parte de la red pública, lo que suma un total de 39 mil 257 posiciones en todo el país, de acuerdo con estudio elaborado por Electro Movilidad Asociación (EMA)[4].

 

¿Dónde ‘acelerar’?

La creciente participación de las empresas del sector privado en el desarrollo de la infraestructura eléctrica representa, sin duda, un aspecto positivo, no solo porque se da impulso a la industria de los vehículos híbridos y/o eléctricos y se contribuye al cuidado del medio ambiente, sino, además, porque se traduce, finalmente, en beneficios para los consumidores: a mayor competencia, mayor calidad y opciones de productos, con mejores precios.

Lo que se debe hacer, para seguir impulsando la industria es otorgar mayores incentivos al mercado automotriz, en general. Es cierto que, actualmente, existen algunos (como no pagar el ISAI o la tenencia), pero siguen existiendo pendientes en cuanto a la instalación de carga residencial o para la reventa de energía, por ejemplo.

Otro reto que se debe analizar para detonar la infraestructura de autos eléctricos es la estandarización de plataformas de carga, pues, hasta la fecha, los conectores varían dependiendo de la marca del vehículo. De modo que, para cargar la batería de un vehículo híbrido o eléctrico, los conductores deben encontrar estaciones que sean compatibles, y eso genera muchos inconvenientes para ellos.

En el momento en que haya una mayor compatibilidad de cargadores, y pueda cualquier conductor recargar su unidad como hasta ahora lo hace en las gasolineras, existirá también mayor confianza de parte de los consumidores para apostar por el mercado de la electromovilidad.

Desde hace unos años, es claro el rumbo de la industria automotriz y el del cuidado del planeta: para 2030, las emisiones de gases (que son las principales responsables del cambio climático, a nivel global) deben reducirse a la mitad, y, para 2050, alcanzar el cero neto, si es que se busca reducir los impactos negativos del calentamiento global[5].

El futuro de la movilidad se gesta en el uso de las energías limpias. En ese sentido, así como los vehículos híbridos y/o eléctricos serán un factor determinante para lograr ese cambio, la electricidad y la infraestructura para abastecer de energía a ese tipo de vehículos serán los grandes pilares no solo a la industria automotriz de los próximos años, sino de la sostenibilidad del futuro en su conjunto.   

[1] AMIA, “Reporte de Venta de Vehículos Híbridos y Eléctricos a octubre de 2023”, 9 de enero de 2024.

[2] AMDA, “Ventas de vehículos híbridos y eléctricos”, enero-julio 2024.

[3] Deloitte, Perspectiva Industrial: Industria automotriz, septiembre de 2022, pp. 27.

[4] Electro Movilidad Asociación, Barómetro de Electromovilidad de México, julio 2024.

[5] ONU, “Energías renovables: energías para un futuro más seguro”, consultado en: https://www.un.org/es/climatechange/raising-ambition/renewable-energy, 10 de octubre de 2024.

Hasta
julio de 2024, se tenían contabilizadas 39 mil 257 posiciones de recarga para
vehículos eléctricos en México.

De
acuerdo con un estudio de Deloitte, la producción de VEH (vehículos eléctricos
e híbridos)
en México representó,
en 2022, 1.6% del total de la producción
mundial.

En
México,
no se cuenta todavía con una estrategia integral y consolidada con foco en
el crecimiento y en la inversión en infraestructura eléctrica. 

¿Te resultó útil este contenido?