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Perspectivas
El futuro de la longevidad en Latinoamérica
¿Vivir más y mejor?
Nuestra región aún enfrenta grandes desafíos para garantizar la salud de las personas en edad de retiro, por lo que será aconsejable que, en los próximos años, transforme sus productos y servicios mediante una cultura de la prevención, tecnología y atención psicológica.
En entrevista con Alexandro Arias, Socio Líder de Ciencias de la Vida y Cuidado de la Salud en Deloitte Spanish Latin America.
Ciudad de México, 10 de junio de 2021.
Hoy, en Latinoamérica, habitan aproximadamente 56.4 millones de adultos mayores de 65 años; pero, gracias a los avances científicos, médicos y de higiene, es muy seguro que, en 2050, esa cifra se incremente a 144.6 millones –lo que representará 1 de cada 5 personas de la región–1.
Si bien este panorama es una buena noticia, en cuanto al incremento de la esperanza de vida, que, según la Organización Mundial de la Salud, se ha prolongado de 67 años (en 2000) a 73 años (en 2019), desafortunadamente, revela también un complicado desafío: que la mayoría de los adultos mayores no tiene una buena salud durante, cuando menos, sus últimos 10 años de vida, como lo demuestra el estudio The Future of Aging, de Deloitte, que explica que el tiempo de vida en el que una persona goza de buena salud se ha detenido en 63 años2.
¿Cómo explicar este fenómeno y su impacto, por ejemplo, a nivel Latinoamérica? Una aproximación es que, aunque ya existen avances tecnológicos y científicos en el sector salud enfocados a reducir el impacto del envejecimiento (tendencia conocida como "la industria de la longevidad 1.0"), no todos han podido adoptarlos, debido a que muchos adultos mayores se encuentran en situación de pobreza y no pueden adquirirlos: de acuerdo con el informe Health Financing and Financial Protection in the Americas 2017, de la OMS, 30% de los habitantes de Latinoamérica no puede disfrutar de atención médica por motivos financieros.
Otro factor es la falta de las inversiones en los países de esta región para facilitar a los adultos mayores el acceso a los servicios de salud. Si una de estas personas, por ejemplo, utiliza silla de ruedas y está asignada a un centro público de salud a 15 kilómetros de su casa, para acudir a él posiblemente tendrá que enfrentarse a los inconvenientes de clínicas, medios de transporte y viviendas que no fueron diseñados pensando en su situación y que no cuentan con elevadores, rampas y otros elementos imprescindibles para facilitar su movilidad.
Ante este escenario, será relevante avanzar en el rediseño de la atención médica para los adultos mayores, a fin de que, en los próximos años, no solamente se extienda la esperanza de vida, sino que se brinden soluciones personalizadas y holísticas, garantizando a estas personas un bienestar físico, mental, social, emocional y financiero.
[1]ONU. World Population Ageing 2019.
[2]Deloitte. The Future of Aging (2019).
Será importante avanzar en el rediseño de la atención médica para los adultos mayores, a fin de que, garantice a estas personas un bienestar físico, mental, social, emocional y financiero.
La prevención, clave en los esquemas de retiro
La mayor parte de los sistemas de jubilación de América Latina opera mediante la aportación de los ingresos de los ciudadanos para su vejez, quienes se retiran, en promedio, a una edad entre 60 y 65 años1. Sin embargo, ante un escenario en el que la longevidad de las personas es cada vez mayor, será fundamental tener presente que sus fondos para el retiro deberán rendir más tiempo, y tomar en consideración, de igual forma, que durante esa etapa el costo de los tratamientos médicos se eleva.
En ese sentido, un posible camino a seguir es un cambio en el enfoque médico y de atención a la salud, impulsando la promoción de una cultura preventiva, la cual, a través de buenos hábitos alimenticios, actividad física y revisiones frecuentes, permita extender los años de bienestar físico y mental de la población.
Al aumentar el tiempo de buena salud de los adultos mayores, por medio de la prevención, ellos podrían jubilarse a una edad mayor y tener ingresos adicionales a sus fondos de retiro. Por ello, será conveniente que las organizaciones extiendan la productividad de los profesionales, adoptando esquemas híbridos de trabajo que disminuyan el desgaste corporal de los traslados del hogar a la oficina y viceversa, y transmitiendo a los adultos mayores nuevos objetivos y la importancia de sus funciones a nivel colectivo.
[1]Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Los sistemas de pensiones en la encrucijada, desafíos para la sostenibilidad de América Latina (2019).
Al ampliar el tiempo de buena salud de los adultos mayores, por medio de la prevención, ellos podrían jubilarse a una edad mayor y tener ingresos adicionales a sus fondos de retiro.
Hogares inteligentes para adultos mayores
Debido a que las personas de 65 años y más suelen requerir una mayor atención médica, así como tiempos de reposo en sus lugares de residencia, en los próximos años podríamos esperar que las viviendas y los centros de salud de América Latina migren hacia un esquema "inteligente" que satisfaga estas necesidades, respaldado por avances tecnológicos asequibles.
Por ejemplo, en el caso de los hogares, los prestadores de servicios de emergencia, de salud y las familias podrían ser capaces de proteger la vida de los adultos mayores, mediante sensores que permitan medir la temperatura corporal, así como detectar el humo, las fugas de gas y las caídas de las personas. Incluso, gracias a la tecnología, podría ser común el uso de "espejos inteligentes" que identifiquen enfermedades de sus propietarios en etapas tempranas y agenden consultas con especialistas.
Además, pensando en su bienestar financiero, este sector de la población podría beneficiarse de la sharing economy (economía compartida), un modelo basado en la adquisición, proveeduría o intercambio de bienes o servicios a través de plataformas digitales. Así, los adultos mayores que hayan adquirido una vivienda en sus años productivos, podrían rentarla o compartirla con otras personas, a fin de obtener ingresos adicionales e interacción social.
Con respecto a los centros de atención médica, será necesario que evolucionen, implementando herramientas y dispositivos tecnológicos que ofrezcan un mejor servicio a los pacientes; y, también, a través de programas de vinculación con comunidades virtuales que den seguimiento a los tratamientos y atiendan el bienestar psicológico y mental de los usuarios, permitiéndoles reinsertarse a la sociedad, recomunicarse y tener interacciones humanas valiosas, sin importar la edad.
Es necesario que los centros de atención médica evolucionen, implementando herramientas y dispositivos tecnológicos que ofrezcan un mejor servicio a los pacientes.
La salud mental, el objetivo a futuro
Los sistemas de salud de Latinoamérica aún enfrentan enormes retos para atender a personas mayores que viven con enfermedades particularmente desafiantes, como el cáncer, el SIDA o la diabetes.
No obstante, es probable que, en una década, los avances científicos permitan reducir el impacto de estos padecimientos y el sector se vea obligado a cambiar su enfoque y a atender otras enfermedades igualmente peligrosas para la salud de la población: las mentales.
En adultos mayores, este tema toma especial relevancia debido a que, generalmente, son personas que han perdido a seres queridos y corren el riesgo de estar solas. Por esta razón, como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental de los pacientes tendrá que ser procurada, en el futuro, a través de una mayor atención psicológica, terapias de diálogo y el mantenimiento y recuperación de las actividades sociales1.
En conclusión, no podemos negar que existen diversas áreas de oportunidad para mejorar la calidad de vida de este segmento de la población de América Latina; dependerá del fortalecimiento de una cultura de la prevención para el retiro, del desarrollo de soluciones tecnológicas a la altura de las necesidades humanas en la vejez y de los esfuerzos que se pongan en marcha para brindar atención a las enfermedades mentales qué tanto avanzaremos para garantizar que los adultos mayores, en nuestros países, no solo vivan más, sino mejor.
[1]Organización Mundial de la Salud. “Trastornos mentales” (2019).
Mejorar la calidad de vida de los adultos mayores en América Latina dependerá, entre otros, de los esfuerzos que se pongan en marcha para brindar atención a la salud mental.
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