Variables macroeconómicas

Perspectivas

Sin reformas estructurales, así estarían hoy las variables macroeconómicas

Sin las reformas estructurales implementadas al inicio del actual sexenio, la foto macroeconómica actual de nuestro país sería mucho menos favorable.

Y es que las iniciativas impulsadas en materia energética, de telecomunicaciones y financiera, entre otras, han tenido un gran impacto en las variables macroeconómicas más importantes, como la inflación, el Producto Interno Bruto (PIB) y la Inversión Extranjera Directa (IED).

En entrevista con Andrés Garza, Gerente de Análisis Económico en Deloitte México.

Ciudad de México, 4 de enero de 2018.

De no haberse implementado estas reformas, de acuerdo con las simulaciones que realizamos, hubiéramos tenido una economía mucho menos resiliente en el contexto de menor crecimiento que se vivió hace algunos meses a nivel global, así como a los choques que se suscitaron, como la victoria de Donald Trump en los Estados Unidos y la liberación de los precios de la gasolina.

Sin estas iniciativas, al día de hoy, nuestro crecimiento económico, el cual medimos a través del PIB real, sería menor en entre un 0.5% y un 0.6%, es decir, que el crecimiento anual de alrededor del 2%, obtenido con base en los datos publicados en los primeros diez meses de 2017, sería de 1.5% o incluso menor.

En lo que se refiere a la inflación, tendríamos una tasa de hasta 7.5%, una cifra muy por arriba de la actual que, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), se encuentra en 6.6%.

En cuanto a la Inversión Extranjera Directa, sin reformas estructurales, este indicador hubiera registrado un menor crecimiento. Para dimensionar esta afirmación, analicemos, por ejemplo, el caso de las inversiones hechas en 2015 en el sector energético y de telecomunicaciones, sin ellas, la IED en el país hubiera crecido a una tasa anual de 7.3% y no de 21.5%, como la que se observó en ese año.

El mensaje es claro, todos los choques que durante los últimos años experimentó la economía nacional hubieran tenido un efecto mucho más dañino de no haberse puesto en marcha las reformas estructurales.

De no    haberse implementado las reformas, los niveles de inflación, la inversión extranjera directa y el PIB que hoy tenemos registrarían niveles muy diferentes.

Las reformas que más impactaron en la economía

La laboral, la energética, la de telecomunicaciones, la financiera, la hacendaria, la educativa, entre otras. Las reformas estructurales impulsadas durante los últimos seis años han sido muchas, no obstante, son tres, principalmente, las que han generado un efecto positivo en la economía nacional, con beneficios tangibles en diferentes variables macroeconómicas.

En primer lugar está la reforma de telecomunicaciones, que ayudó a incrementar la inversión en el sector y a reducir las tarifas de telefonía, lo que sin duda jugó un papel fundamental en el empuje a la baja que tuvo la inflación general.

En segundo sitio se encuentra la reforma energética, que tuvo un peso importante por la reducción que provocó en el precio de los energéticos, por ejemplo, en el caso de las tarifas eléctricas para el sector industrial, que se redujeron hasta en un 25% en tan solo 20 meses, lo que ayudó a incrementar los márgenes de los productores al reducir considerablemente este costo.

Finalmente, está la reforma financiera, que hizo más eficiente la otorgación de crédito. Para ejemplificar esto, es necesario tomar en cuenta que previo a la reforma, en México, la penetración de crédito aumentaba 0.8% por año, en promedio, mientras que desde que esta iniciativa fue implementada, esta cifra aumentó 1.8% por año.

¿La inflación podría ser mayor?

En diciembre de 2015, México tuvo la inflación más baja en su historia, de 2.1%; fue la primera vez, desde 2008, que nuestro país experimenta la inflación más baja de toda Latinoamérica, producto, entre otras cuestiones, de la mayor competitividad que se dio en el sector de telecomunicaciones y de la apertura que hubo de la industria energética.

Sin las reformas estructurales, ese nivel mínimo de inflación no hubiera sido de 2.1%, sino de alrededor de 3.1%, lo que nos hubiera dado, por así decirlo, un menor colchón para resistir las presiones inflacionarias que se generaron posteriormente.

Así, de no haberse implementado las reformas estructurales, las presiones inflacionarias que experimentó la economía hubieran sido mucho más notorias y, al día de hoy, tendríamos un nivel de precios más elevado al actual, de hasta 7.7% según nuestras estimaciones.

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