Análisis

Crecimiento lento pero sólido del sistema bancario en el 2020, con la mirada en acompañar la reactivación económica en el 2021

De acuerdo a la información publicada por el Banco Central del Uruguay (BCU), el sistema bancario consolidado cerró el año 2020 con números alentadores si tomamos en cuenta la reducción de actividad económica provocada por la pandemia del COVID-19, y que lo muestra en una posición sólida para ser el motor de la reactivación de la economía, aunado a las buenas noticias de la próxima llegada de las vacunas.

Montevideo, 29 de enero de 2021.

De acuerdo a la información publicada por el Banco Central del Uruguay (BCU), el sistema bancario consolidado cerró el año 2020 con números alentadores si tomamos en cuenta la reducción de actividad económica provocada por la pandemia del COVID-19, y que lo muestra en una posición sólida para ser el motor de la reactivación de la economía, aunado a las buenas noticias de la próxima llegada de las vacunas.

Continúa el incremento real del volumen de negocios, liderado por el aumento de los depósitos 

El volumen de negocios del sistema bancario, muestra al cierre del año 2020 un incremento real del 10,4%.

Ese incremento está apalancado en el crecimiento real de los depósitos de los clientes que fue del 13,8%. Respecto al otro componente del volumen de negocios, los créditos a clientes, al cierre del año muestran un crecimiento real del 3,4%.

“Este crecimiento de créditos a clientes que está en el mismo entorno que en el 2019, muestra crecimientos reales mayores en los créditos otorgados con plazos totales a más de 6 meses y particularmente en los mayores a 3 años”, dijo José Luis Rey, socio director de Deloitte Uruguay.

“En cuanto al crecimiento de los depósitos de clientes, este se concentra en los depósitos a la vista, ya que en los depósitos a plazo se da una caída en términos reales”, acotó.

Sólida liquidez 

De acuerdo a la información publicada, al cierre del 2020 los ratios de liquidez a 30 días y a 91 días muestran niveles superiores en comparación al cierre del año anterior. Los bancos privados cerraron con 63,4% y 65,3% respectivamente , lo que significa un crecimiento real levemente superior al 10%, mientras que se mantiene similar en los bancos oficiales, alcanzando al cierre del 2020 un 94,3% y 91,9%, respectivamente.

Morosidad estable y mejora real en la recuperación de créditos castigados

La morosidad se encuentra estable en relación al cierre del año anterior. Los créditos vencidos representan el 2,3% del total de créditos, lo que significa una leve mejoría respecto al año anterior. A pesar dela caída del nivel de actividad económica en el año, las cifras son auspiciosas.

“Sin dudas, la buena disposición del sistema bancario, atendiendo la situación de los deudores y las normas emitidas por el BCU, acordes a la situación especial que se atraviesa han ayudado a campear la situación a los deudores del sistema. Asimismo, en base a la información publicada el deterioro neto de los créditos del sistema bancario consolidado, presenta una mejora real apuntalada por la recuperación de créditos castigados.” dijo José Luis Rey.

Solvencia firme, con un patrimonio que vuelve a presentar incremento real

El patrimonio del sistema bancario al cierre del año presenta un crecimiento real del 2,9%. Por otro lado, la solvencia presenta consistencia con un ratio de apalancamiento donde el pasivo es 10,6 veces el patrimonio para los bancos privados y 6,3 veces en el caso de los bancos oficiales, creciendo en ambos casos, pero manteniendo márgenes importantes por encima de los requisitos mínimos de responsabilidad patrimonial que exige el Banco Central de Uruguay.

Ganancias nominales para todo el sistema, pero con comportamiento dispar en términos reales 

Todos los bancos de plaza presentaron utilidades en términos nominales al cabo del año culminado el 31 de diciembre de 2020, excepto el Banco de la Nación Argentina. Sin embargo, en términos reales, los bancos privados presentan una caída de sus utilidades del 3,4%, mientras que los bancos oficiales alcanzan una mejora del 7,1%, respecto al año 2019. Si lo vemos en términos consolidados se llega a un crecimiento real del 3.1%

En cuanto a la composición de la utilidad se identifica una caída real en el margen financiero, en particular acentuada en la baja real de los ingresos financieros, que se explicaría por una caída de tasas activas y por las facilidades otorgadas a los clientes y la suspensión de cobro de intereses en los primeros meses de la pandemia, así como también porque el crecimiento del volumen de negocios está traccionado por el aumento de depósitos de clientes.

En lo que respecta al negocio de comisiones y servicios, se expone una caída en términos reales, por lo que no contribuye a cubrir la baja real que se da en el negocio tradicional de intermediación financiera. También tiene una reducción real importante, sobre todo en la segunda parte del año las ganancias por diferencia de cambio, originada en el muy leve aumento del precio del dólar en el segundo semestre del año

La eficiencia en los gastos de funcionamiento, que presentan también reducciones reales respecto al año anterior, atemperaron las caídas reales mencionadas más arriba. 

“Se presenta un año muy desafiante, donde la evolución del control de la pandemia y la posibilidad de reactivación de la economía en todos sus sectores, así como la eventual llegada de nuevas inversiones, permitirá al sistema bancario jugar un rol importante en ese escenario, dada la liquidez y solvencia existentes. Asimismo, en paralelo, la optimización digital, la generación de nuevos servicios y canales, brindando más cercanía y soluciones a los clientes, marcarán el camino de este año” concluyó.

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