Perspectivas
Global Health Care 2021
La industria acelera su transformación en medio de la incertidumbre
Si hay algo que está cambiando la pandemia actual es el ecosistema sanitario. El impacto sobre el sector salud ha dejado expuestas las desigualdades en el acceso y en la atención al paciente, pero al mismo tiempo ha impulsado un profundo cambio en el ecosistema. Los sistemas públicos y privados se han visto forzados a innovar para adaptarse a un nuevo escenario que determina el futuro de la salud.
El desarrollo de las vacunas contra la COVID-19 ha impulsado de un modo significativo la relación público-privada, en el ámbito asistencial, la tecnología ha acelerado su desarrollo y su implantación para dar a luz una nueva relación entre los pacientes y los profesionales sanitarios, contribuyendo además a la evolución de los tratamientos gracias al uso del dato.
En nuestro informe 2021 Global Health Care Outlook, hemos analizado seis aspectos que impulsarán el cambio en el sector dentro de la “nueva normalidad” pospandémica.
2021 Global Health Care Outlook
Los pacientes y la experiencia humana
La teleasistencia pasó en 2020 de un 19% de implantación al 28% en el mes de abril, impactando de un modo clave en la relación médico-paciente. En paralelo, la tecnología de monitorización personal también ha influido en el comportamiento de los usuarios, ya que hasta un 75% reconoce que su uso contribuye a mejorar los hábitos de vida saludables.
La tecnología pone de este modo al paciente en el centro, entendiendo que cada persona precisa de un enfoque distinto a la hora de abordar su salud y bienestar. La evolución en este ámbito depende en gran medida del uso del dato, que permite abordar estrategias personalizadas. Los pacientes están dispuestos a ceder sus datos a cambio de una mejora en su día a día, y desde el sector es necesario aportar confiabilidad y transparencia en el uso de esta información.
La innovación de los modelos de atención
El contexto actual implica un gran desafío en términos de asequibilidad, acceso, calidad y eficiencia en lo que hace referencia al modelo asistencial médico-paciente. La innovación debe incidir en la mejora de esa relación y optimizar su coste.
El paso más importante en este ámbito es la transformación de un modelo basado en la atención al enfermo en otro en el que prime el bienestar en un sentido amplio. Los proveedores de servicios de salud deben pensar en el cuidado general de las personas, optimizando sus recursos para ayudar de un modo adecuado a los pacientes en todo momento.
Los pacientes demandan atención virtual, pero también entrega de recetas en el hogar, monitoreo remoto, diagnóstico digital, apoyo en la toma de decisiones y formación adecuada para la mejora de hábitos saludables y para el cuidado del entorno más cercano.
Transformación digital y datos interoperables
El 64% de los encuestados en este informe, todos proveedores de servicios de salud en la UE, indican que sus organizaciones han impulsado la adopción de tecnología para mejorar la relación con los pacientes. Destacan tres tipos de tecnología: la computación en la nube, la inteligencia artificial y la que permite desarrollar la asistencia virtual al paciente.
En el caso de esta última es importante tener en cuenta que las relaciones humanas siguen siendo fundamentales, por lo que es preciso formar a los profesionales para mantener la empatía con el paciente en remoto.
La adopción de nuevas tecnologías debe venir además acompañada por la interoperabilidad de datos, solo así los distintos actores del sector pueden trabajar coordinados poniendo al paciente en el centro de su actividad.
Cambios socioeconómicos
La salud se ve afectada en hasta un 80% por el entorno social, económico y medioambiental, según lo demuestras diferentes estudios. La salud mental y los hábitos saludables se presentan como algo a lo que debemos prestar atención de manera obligatoria, pero el modo de afrontarlas es desigual en función de las condiciones socioeconómicas de las personas.
Para combatir esa desigualdad es necesario anticiparse y garantizar en las comunidades más desfavorecidas el acceso a la atención básica, a alimentos saludables y a recursos educativos que mejoren los hábitos de vida. La tecnología que ya está transformando el sector puede ofrecer a todas las personas herramientas para que gestionen su salud de un modo proactivo.
En cuanto a la salud mental, los gobiernos y las organizaciones se enfrentan a un desafío global, a una crisis sanitaria de amplio alcance.
Colaboración
Si hay algo relevante que ya nos ha dejado la pandemia provocada por la COVID-19 es la colaboración, la suma de esfuerzos entre todos los implicados en el ecosistema sanitario. Los beneficios de la unión de los gobiernos, la industria y el ámbito investigador y académico en pro de un mismo objetivo han dado resultados que van desde la mejora de la asistencia a la generación de nuevos modelos de negocio y financiación en el sector.
En el futuro es previsible que se amplíen las alianzas entre quienes proporcionan atención médica y quienes desarrollan tecnología. La suma de las dos partes permitirá convertir el análisis de datos en intervenciones efectivas capaces de mejorar los costes y, al mismo tiempo, ofrecer mejores soluciones para los pacientes.
El futuro del trabajo y el talento
La COVID-19 ha planteado dos retos para el personal de primera línea en el sector salud. Su seguridad y su bienestar son fundamentales para la fortaleza del sistema, como también lo es su capacidad para desarrollar nuevas habilidades y ser resilientes en el futuro.
La tecnología permite asentar los aspectos del trabajo remoto que han demostrado su eficiencia durante la pandemia. Los datos sobre la interacción de los equipos y las personas también permiten mirar más allá de los habituales organigramas de trabajo para fomentar una cultura más inclusiva capaz de fortalecer la colaboración y las redes de intercambio de conocimiento y soluciones entre profesionales.