Descubre la historia de Miguel Olías

Independientemente de donde estés, sabes que, si vienes a Deloitte, el salto a nivel de calidad de proyectos, tipos de clientes, tipos de tecnologías, etc. es gigante.

¿Cómo es trabajar en Deloitte?

Yo considero que Deloitte ya de por sí, en cualquier departamento, te da muchas oportunidades porque no trabajas solo con un cliente en un solo proyecto, sino que van sucediéndose diferentes proyectos, diferentes clientes y te da tiempo a conocer de todo. Además, una vez que ya estás dentro es fácil que estés haciendo una cosa, te llame la atención otra y poder saltar al otro lado. Destacaría la posibilidad de trabajar con muchos clientes de gran envergadura, algunos más pequeños, en diferentes sectores y en diferentes proyectos. Lo bueno es que, cuando no sabes qué hacer, -y yo lo entiendo porque cuando yo salí de la carrera no tenía ni idea-, Deloitte te da la oportunidad de entrar y descubrir de primera mano todo el abanico de ciberseguridad. Esta es la mejor manera de decidir qué te gusta, porque por mucho que estudies, hasta que no “te manchas las manos de barro” no sabes qué es realmente lo que te gusta.

En el caso de cyber, concretamente, tenemos un edificio muy peculiar, adaptado, innovador y que tecnológicamente está a las últimas para poder desarrollar nuestro negocio, que es diferente a lo que tradicionalmente se conoce en Deloitte. Tenemos laboratorios específicos donde hemos creado, por ejemplo, un Smart Stadium o una central nuclear capaces de recrear toda su estructura de ciberseguridad y los ataques que puedan sufrir. Es una instalación muy diferente donde la verdad que da gusto trabajar en el día a día.

¿Cómo se vive el salto de trabajar en tus propias empresas a trabajar en Deloitte?

Yo venía de emprender y eso es muy enriquecedor, pero yo notaba que me faltaba algo más. Me quedaba esa espinita de trabajar con grandes empresas y tecnologías innovadoras que yo no podía asumir y Deloitte me ofrecía todo eso.

Lo que yo hacía a pequeña escala, en Deloitte tenía la oportunidad de pensar y hacer las cosas en grande. Por ejemplo, aquí tenía la oportunidad de trabajar internacionalmente, es decir, con grandes multinacionales y yo quería aprovechar todo eso. Independientemente de donde estés, sabes que, si vienes a Deloitte, el salto, por lo menos fue en mi caso, a nivel de calidad de proyectos, tipos de clientes, tipos de tecnologías… es gigante. Para mí fue bastante disruptivo profesionalmente, es lo que andaba buscando y fíjate, han pasado 5 años y no me podrían alegrar más de aquella decisión.

Después de este tiempo, ¿cómo dirías que ha impactado Deloitte en tu trayectoria profesional?

En mi caso, mucho. El hecho de pasar de tener tu propia empresita a trabajar en una multinacional, son dos mundos completamente diferentes. Para mí fue un mundo cuando descubrí que había muchas soluciones de ciberseguridad que yo desconocía que existían porque mis clientes nunca habían sido grandes empresas. Me he desarrollado entendiendo cómo funciona una gran corporación que ya tiene velocidad de crucero tremenda y sin tener que estar dando palos de ciego como yo los tenía que dar en esa travesía en el desierto. Son mundos diferentes y en muchos casos pueden ser complementarios. Pero, en definitiva, la evolución para mí ha sido tremenda. Poder trabajar aquí, es como estar en la champions league.

¿Qué papel tiene la innovación en tu día a día?

El tema de la innovación realmente es algo que, si no existe, una empresa no crece como crece Deloitte y que es necesario por una cuestión de supervivencia. En ciberseguridad hay que pensar que la ciberseguridad se basa en intentar adelantarnos dar respuesta e intentar adelantarse a ciberamenazas que están fuera. El cibercriminal o el atacante está constantemente innovando o pensando cómo puede tomar ventaja de una vulnerabilidad o algo que está descuidando la empresa. Ellos innovan y si tú no innovas realmente estás muerto.

En nuestro negocio concreto, es una necesidad, no es algo de lo que podamos prescindir o que podamos dejar un departamento específico que se dedique a eso. Es necesario. Además, innovar tiene una cosa muy buena en Deloitte que es diferente al resto de empresas y es que como estás con los clientes (grandes empresas, multinacionales y negocios muy punteros), ellos mismos son los que te dicen qué es lo que les preocupa, qué es lo que no están cubriendo o qué cosas creen que el mercado no responde a esas necesidades.

Así que es relativamente fácil innovar aquí, en el sentido que, si eres una persona empática que escuchas a los CISOS o a los clientes e intentas responder a todo eso, al final acabas innovando, aunque no quieras. Es más, si yo cojo mis últimos tres años, los servicios que he liderado, miro lo que hacemos ahora y lo que hacíamos hace tres años y casi me da vergüenza porque ha evolucionado muchísimo.

Al final no se trata de tener grandes ideas o de tener una idea feliz que va a revolucionar el mercado. Es, de lo que funciona, asegurarte de cómo vas a dar los siguientes pasos para que vaya evolucionando todo. Ahí es donde yo creo que reside la clave de parte de la innovación en Deloitte.

¿Cuál es el papel que tienen los profesionales en los proyectos de alto impacto?

Una cosa que a mí me sorprendió mucho cuando entré en Deloitte es que yo pensaba que al principio me darían tareas para mantenerme entretenido y me iba a perder la acción de verdad. Pero, para nada.

Hay muchísimos proyectos porque estamos creciendo a una velocidad tremenda y al final persona que entra por la puerta, persona que está implicadísima y haciendo cosas que impactan directamente en el cliente y en ellos mismos. Desde el minuto cero estás ya con el cliente, estás en las reuniones, estás tomando decisiones, etc. evidentemente con un colchón detrás, pues hay un gran equipo que te apoya, te ayuda y te acompaña. Así que, ¿cómo no te vas a involucrar si estás viendo que tu trabajo tiene un impacto?