Ideas
(Re) Imaginando la privacidad de los clientes
La era digital más allá del cumplimiento regulatorio
Salvaguardar la privacidad de los clientes se está convirtiendo en un desafío cada vez más complejo para los bancos, a la vez que las regulaciones sobre la materia son cada vez más estrictas. Estas presiones coinciden con la disponibilidad de tecnologías y herramientas que permiten cada vez con más precisión y granularidad, monitorear y analizar el comportamiento de los consumidores.
¿Qué deben hacer las entidades financieras para repensar el alcance de la privacidad en este ambiente digitalizado y demandante?
Haciendo una revisión de las políticas de privacidad de entidades financieras de gran tamaño, Deloitte ha identificado que muchas de ellas no están siendo capaces de hacer frente a las complejidades emergentes –gracias a la tecnología- en torno a la privacidad. Tampoco han sido capaces de identificar distintos tipos de elementos de privacidad que vayan más allá de la protección de datos financieros personales, incluyendo desde la localización, opiniones y creencias, hasta la información biométrica.
El reporte de Deloitte identifica ocho dimensiones de privacidad importantes de tener en cuenta por la industria financiera:
- Identificadores tradicionales (nombre, dirección, edad, etc.)
- Conducta y acciones (compras, transacciones financieras, navegación en la web, etc.)
- Opiniones y creencias (opiniones en distintos ámbitos)
- Imágenes (fotos, planos, drones, satélites en espacios públicos o privados)
- Información biológica (características faciales, iris, voz, modo de andar, código genético, etc.)
- Comunicación personal (entre el cliente y el banco u otras entidades, vía email, voz, mensajes de texto, redes sociales, etc.)
- Localización (información sobre la ubicación de la persona y/o sus pertenecías)
- Asociación y afiliación (grupos privados, partidos políticos, hobbies, grupos religiosos, etc.)
En este contexto, el reporte propone que las entidades deben repensar su aproximación en torno a la privacidad de una manera expansiva, proactiva y estratégica. Para el efecto, las entidades deben:
- Ampliar el alcance de su entendimiento de privacidad.
- Revisar y mejorar sus políticas de privacidad.
- Establecer un marco de gobernanza ad-hoc.
- Explorar nuevas tecnologías de protección para la información más sensible.
- Hacer uso intensivo de las tecnologías y nuevas fuentes de información.
Recorrer este camino posibilita a las entidades un uso más completo y provechoso de la información de sus clientes, en un entorno de seguridad que no comprometa las regulaciones asociadas.
Para mayor información y análisis, puede acceder al documento completo en el siguiente enlace.
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